El Jurado del Premio Cervantes 2024 ha elegido a Álvaro Pombo para otorgarle dicho Premio como reconocimiento a toda su trayectoria.
El Cervantes es el galardón más importante de la literatura en lengua castellana y el Jurado justifica la elección del escritor cántabro por “su extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su original narración”, además de su “notabilísimo nivel como poeta y ensayista, a lo que se une ser uno de los grandes novelistas del español”.
He contado por curiosidad, ya tenía alguna referencia sobre ello, los premios obtenidos por Álvaro Pombo a lo largo de sus 85 años de vida. El escritor y académico de la lengua tiene en su haber catorce premios; entre ellos el Nacional de la Crítica, el Planeta, el Nadal, el Herralde, el Francisco Umbral y el Nacional de Narrativa, que le otorgaron en 1996 por la publicación del libro que hoy traigo a Opticks, que se titula Donde las mujeres y fue publicado por la editorial Anagrama.
“Mi adolescencia fue un no parar inquisitivo, un querer verlo todo claro y someterlo todo a juicio. Quise entrar en el solar sombrío para poder salir asegurada y clara con las afirmaciones en letra redondilla, en una plana limpia sin el menor borrón o torcedura. Mis ángeles afirmativos tenían que ser, a mayores, caligráficos”.
Así se expresa la narradora en primera persona de Donde las mujeres, cuando ya cerca de los treinta, vuelve la vista a su adolescencia y lo somete todo “a juicio”.
La mayor de tres hermanos, vive con su madre y su excéntrica tía Lucía en un lugar del norte de España, casi una isla, que se comunica con la pequeña localidad cercana por un puente. Los tres hermanos, dos niñas y un niño, están atendidos por Fraülein Hannah, una institutriz alemana; lo que da idea del nivel social de la familia que, desde su atalaya, se relaciona poco con el resto de la población.
La tía Lucía, a la que la narradora admira por su estilo rompedor y cosmopolita, tiene un novio que pertenece a una acaudalada familia de Islandia. La relación que mantienen los dos resulta poco convencional para la época en la que se desarrolla el relato, entre los cuarenta y los setenta años del siglo XX.
También hay referencias a etapas anteriores a la guerra civil por su repercusión sobre algunos de los personajes.
Sin embargo, la relación que la narradora mantiene con su madre, separada del marido de mutuo acuerdo cuando ella cumplió cinco años, es muy estrecha y se basa en el cariño, la sinceridad y lo que considera una comunicación perfecta.
Como perfecto es para la jovencita todo lo que le rodea, empezando por su propio comportamiento, en ese proceso de introspección que mantiene hasta el final de la historia y que hará que, cuando el padre entra en escena y pretenda recobrar el lugar perdido, el mundo que creía perfecto se desmorone al ver a los que habitan en él tal y como son.
Pese al título, Donde las mujeres, no indaga sólo en lo femenino, las personalidades masculinas que van apareciendo son también analizadas en profundidad y no quedan demasiado bien paradas. Quizá podamos salvar a Tom, el novio de tía Lucía, pero más por su inacción que por su determinación para actuar.
Es absurdo afirmar, tratándose de Álvaro Pombo, que el libro está muy bien escrito, la prosa de este escritor es perfecta.
No deja indiferente el análisis psicológico y moral de los personajes, así como los comportamientos de unos y otros, lo que confiere modernidad a una novela escrita en 1996.
Para terminar, la poesía que se puede apreciar en las descripciones nos recuerda fielmente que Álvaro Pombo inició su carrera literaria como poeta.
