Voy a la biblioteca del pequeño pueblo en el que estoy pasando unos días en busca de un libro que no exija muchas cavilaciones. Hace demasiado calor para que el cerebro también “eche humo”.
La bibliotecaria me habla del autor de una serie llamada “Reina roja” que está teniendo en televisión un éxito notable. De hecho, me muestra como novedades otros libros de dicho autor que forman parte de una trilogía.
Convencida de acertar, me dice que debo iniciar el conocimiento del autor en cuestión con una obra que escribió hace tiempo, en concreto el año 2015.
Así que salgo de la biblioteca con el libro que hoy traigo a Opticks. Se titula Cicatriz, lo edita Ediciones B y su autor es Juan Gómez-Jurado.
Si entendemos que un thriller pretende mantener al lector en expectativa, en estado de tensión y preocupado por lo que pueda ocurrirles a los personajes durante la narración, Cicatriz es un thriller, ya que presenta las características enunciadas.
En principio, personajes que “caen bien”, buenas personas a los que no deseas les pase nada malo porque, además de buenas personas, son víctimas de antiguos conflictos traumáticos.
Frente a ellos están los que “caen mal”, malos, malísimos capaces de los mayores crímenes y aberraciones morales y físicas.
En el primer grupo se sitúa Simón, un ingeniero informático, grandote, patoso y solitario que ha ideado una “startup” que puede revolucionar el mercado de las comunicaciones y hacer millonario a su creador; su hermano mayor, Arthur, con síndrome de Down del que es responsable, y su amigo Tom, abogado extrovertido y sociable que le empuja siempre para que actúe y se relacione más.
Junto a los anteriores, en el bando de los buenos, tenemos a Irina, bella joven ucraniana a la que no afea en absoluto la pequeña cicatriz que apenas se distingue en una de sus mejillas; y a Lazar Kosogovvski, “el Afgano”, militar ruso que luchó en la guerra declarada cuando los soviéticos invadieron Afganistán.
En el lado de los malos encontramos, sobre todo, a Boris, cabecilla de la “Mafiya” o mafia rusa, y a su compañero Vanya, un asesino sanguinario.
La narración se inicia en Chicago con el principal protagonista, Simón, herido y a punto de cometer lo que considera el mayor error de su vida.
En los capítulos siguientes, la historia va de atrás adelante y de delante atrás, explicando la vida de Simón que conoce a Irina a través de Internet y se enamora de ella; de la niñez de Irina, del Afgano y de los sucesos que afectaron a ambos y les han conducido al momento actual.
Así que el autor nos traslada a Ucrania tras las huellas de Irina y a Afganistán acompañando al Afgano.
Fiel a lo que se considera un thriller, el relato discurre de forma rápida e inteligente, tensionando al lector, y la violencia se impone desde el principio.
El argumento es muy actual: avances en el mundo de la informática que influyen en todos los aspectos de la vida cada vez más, control de esos avances por parte de hombres muy poderosos (Bil Gates, Steve Jobs,…), mafia rusa, contrabando de estupefacientes, matrimonios concertados con eslavas, etc.
Al igual que ocurría con el libro anterior, en el que Paloma Sánchez-Garnica mezclada la ficción con la realidad, Juan Gómez-Jurado incluye en La cicatriz sucesos reales que detalla al final del libro: páginas web que proporcionan esposas, sobre todo de Rusia y Ucrania, y que casi siempre esconden un fraude; exterminio de un batallón de soldados soviéticos (sobrevivió uno que se volvió loco) por los muyahidines en Afganistán en 1985 y consumo de heroína en Rusia (primer país consumidor de heroína del mundo).
