EL HUMANO

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En la tradición de la ciencia ficción más humanista, donde el género se define como llave maestra para reflexionar sobre la condición humana y nuestro destino como especie, Diego Agrimbau y Lucas Varela, ambos de Buenos Aires y ambos autores de la novela gráfica que hoy traigo a Opticks,  se postulan como ingenieros de una historia al límite de la civilización; un relato de aventuras localizado en el punto exacto donde lo irracional y la barbarie confluyen con la promesa de un nuevo orden. El espacio preciso donde lo biológico y lo cultural se funden en un desafío cósmico: la ilusión de futuro.

Esta es más o menos la presentación que hacen los editores de la citada novela gráfica titulada El humano y editada por La cúpula.

Situada en el continente europeo el año 553.180, la historia que contiene El humano se inicia  con la caída de una nave espacial en un lugar que los dibujos, coloreados en negro, rojo, diversos tonos de marrón y gris, contribuyen a que consideremos terrorífico, por el paisaje en sí y por los seres que lo habitan: un mono gigantesco y destructor y otra especie de monos de colores rojizos no menos repelentes.

El primer ser, al margen de los que pueblan esa zona, es la unidad Alpha, un androide que intuimos viajaba en la nave y que no sabe cuál es su cometido en ese extraño mundo, porque su archivo de órdenes y recuerdos se dañó con la caída.

Pronto Alpha encuentra a otros dos compañeros, androides también, y juntos consiguen escapar de las garras de los desagradables seres que intentan atraparlos, hasta dar con los restos de la destrozada nave y hallar en ella al hombre responsable de la misión que les llevó hasta allí.

La misión, de la que Alpha y sus compañeros forman parte, tiene el nombre de Phenis. Su objetivo consistía en salir de la Tierra y girar a su alrededor esperando que el planeta se sanará. El hombre que han rescatado y ayudado a reaccionar se llama Robert; él y su esposa, Dune, fueron los promotores de tan arriesgada aventura.

Una aventura que ha durado medio millón de años, el tiempo que lleva la nave dando vueltas a la Tierra.

Una vez recuperado, Robert considera que su misión ha sido un éxito. Ahora se trata de encontrar a Dune, que ha debido salir despedida por el violento impacto, y celebrar con ella la exitosa experiencia en un planeta rejuvenecido. Ha llegado el momento de reiniciar la humanidad. Pero…

Vuelvo a tomar prestadas las palabras de los editores: “Neuroquímica y biocibernética. La identidad regulada. La construcción artificial de conciencia. El individuo, lo colectivo y el libre albedrio. La desobediencia y la culpa como motores hacia una nueva era”.

Todo eso y mucho más podrán encontrarlo y reflexionar sobre ello en las páginas de El humano, una novela gráfica extraordinaria e impactante que hace pensar.

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