Explica Arturo Pérez Reverte, autor del libro que hoy traigo a Opticks, que eligió al personaje principal, Hopalong Basil, actor que en la ficción protagoniza diversas películas de misterio en el papel de Sherlock Holmes, como homenaje a Basil Rathbone, actor que en la realidad interpretó dicho papel en catorce ocasiones entre 1939 y 1946.
De la lectura de la novela se deduce que Pérez Reverte conoce en profundidad la serie de libros escritos por Arthur Conan Doyle (otro Arturo), con el famoso detective como protagonista, que también ha debido ver las películas en las que actuó Basil Rathbone y que, sobre todo, se ha divertido al escribir este libro, que se titula como uno de los relatos del escritor inglés, El problema final, y está publicado por Alfaguara.
El argumento de El problema final es muy sencillo: un grupo de personas, entre las que se encuentra Hopalong Basil, se ven obligadas a permanecer recluidas, a consecuencias de una tormenta que impide la navegación, en el único hotel de Utakos, pequeña isla situada frente a las costas de Corfú.
En la primera noche de la reclusión, la joven inglesa Edith Mander, que está en el hotel con una amiga, aparece ahorcada en el pabellón de la playa. Al estar cerrada por dentro la puerta de dicho pabellón y que sólo se vean en torno al mismo las huellas de la joven, se deduce que ésta se ha suicidado. Pero alguien tiene dudas.
Así que, conocedores los huéspedes del hotel de la actuación de Hopalong Basil como Sherlock Holmes en tantas películas y, hallándose también alojado en él Paco Foxá, escritor de novelas policiacas y experto en las obras de Conan Doyle, como la tormenta no permite a la policía llegar a la isla, se decide que ambos, a la manera de Sherlock Holmes y Watson, investiguen el caso.
Hay diversos aspectos de la novela que me parecen interesantes. El primero es la manera en que Pérez Reverte ha sabido recrear el ambiente en el que se movía el detective inglés: vestidos, personajes, mobiliario…; el segundo es el planteamiento del suicidio o asesinato de la joven y la relación de ese delito con el resto de las personas que se encuentran en el hotel que, progresivamente, se van mostrando como culpables; el tercero es el misterio en sí, la “habitación cerrada”, presente en muchas de estas novelas; el cuarto es la manera de llevarlas al cine y el conocimiento que demuestra tener Pérez Reverte de ello y de la cinematografía en general; el quinto y último es la comparación que se establece, por medio del actor y el escritor, entre los libros de misterio de la época de Conan Doyle y Agatha Christie, en los que se insiste, sobre todo, en saber cómo se ha cometido el delito, y las novelas negras actuales, en las que los autores no se complican tanto la vida, incluyen en el argumento a un policía corrupto, a un investigador desahuciado con la botella de whisky en el cajón de la mesa del despacho y a una secretaria rubia, centrándose en averiguar quién es el asesino y cuáles han sido sus motivaciones.