Asisto a la presentación del primer libro escrito en prosa por Salva Campoy, se titula El sonido del arco (crónicas del atardecer-1) y es una historia futurista que tiene como principal escenario la ciudad de San Francisco, ahora llamada Nightfall City, que se ha convertido en una inmensa megalópolis contaminada e insegura.
En ese lugar se establece el circo en el que trabaja como arquero el protagonista de la historia, un joven de aspecto similar a un elfo, criado por un matrimonio de granjeros, los Meyer, que lo encontraron de niño cubierto de restos de ropa quemada y aferrado a lo que parecía ser un arco.
El matrimonio le cuidó, le enseñó a hablar y el niño creció ayudándoles en las tareas de la granja y practicando el tiro con arco en los bosques cercanos. Así hasta que los vecinos empezaron a murmurar porque todos envejecían con el paso del tiempo menos él.
Para evitar males mayores, el joven aprovecha la llegada de un circo a la comarca y pide trabajo, en virtud de sus habilidades como arquero.
Poco después de llegar a la ciudad citada, el arquero encuentra a una mujer que es el vivo retrato de una compañera suya, trapecista, que había muerto al caer del trapecio.
Intrigado por el parecido y porque la mujer va pegando carteles con la fotografía de una niña, el arquero, que se presenta como Dieter Meyer, logra que la mujer, que se llama Victoria, confié en él y le cuente que su hija Hope de siete años ha desaparecido, nadie parece querer saber dónde está y no tiene dinero para sobornar a los que deberían buscarla.
En respuesta a un impulso repentino, el joven decide ayudar a Victoria. Empieza entonces, con la sola ayuda de su arco como arma defensiva y ofensiva, un recorrido por los lugares que le podían proporcionar pistas sobre la desaparición de Hope.
Se trata de un recorrido vertiginoso, propio de la ciencia ficción, en el que la tecnología lo controla todo y el ciberverso integral le permite visionar paisajes distantes a los que resulta peligroso aproximarse por los drones armados que vigilan.
No obstante, el arquero se arriesga y corona la búsqueda con éxito.
El sonido del arco (crónicas del atardecer-1) tiene alrededor de cincuenta páginas, a las que Salva Campoy ha dotado de agilidad e interés; además de demostrar sus conocimientos, a la vez que su imaginación, sobre lo que podría depararnos un futuro determinado por la tecnología y el cambio climático. Las pasiones humanas son las mismas.
El hecho de añadir el número 1 a crónicas del atardecer, parece decirnos que habrá nuevas crónicas, quizá con el arquero como superhéroe o quizá no.
Pero siempre escritas y publicadas con la intención que Salva Campoy explica a los lectores al empezar el libro. Dice así:
We can be heroes,
Just for one day.
Mientras lees esto, fuera es la guerra.
Ojalá importase el momento en que lo leas.
Hay gente que se está enriqueciendo en su despacho, y gente que se está dejando la piel con lo que no tiene para ayudar a las víctimas.
Esto es para esa gente.
