El castillo de Barbazul es el título de la última entrega de la trilogía Terra Alta escrita por Javier Cercas y publicada por la editorial Tusquets.
De los títulos anteriores de esta trilogía, Terra alta, novela con la que obtuvo el Premio Planeta en el año 2019, e Independencia, ya realicé una reseña en Opticks el 3 de mayo de 2021, lo que me permite afirmar que Javier Cercas introduce siempre en el argumento de estos libros temas de actualidad relacionados con la corrupción: económica, política, social, policial, etc., realiza una crítica razonada y rigurosa sobre las falsas apariencias, no duda en que en ocasiones el fin justifica los medios y cree en el perdón y en la posibilidad que tenemos los seres humanos de enderezar el camino equivocado.
Aunque forme parte de una trilogía, El castillo de Barbazul permite una lectura independiente; a la vez proporciona al lector los elementos necesarios para que pueda relacionar las tres novelas y conocer la vida de personajes anteriores, algunos de los cuales también aparecen aquí.
El protagonista principal continúa siendo Melchor Marín, que fue delincuente, presidiario, policía y, desde hace cinco años, bibliotecario en Terra Alta (Tarragona). Junto a Melchor está su hija Cosette, adolescente de 17 años que por azar descubre que su madre no murió en un accidente, como le había contado Melchor, sino que fue asesinada.
Este secreto, unido a los conflictos típicos de la adolescencia, provocan que la joven se sienta engañada y se enfrenté a su padre.
La situación se agrava cuando viaja con una amiga a Mallorca, decide quedarse allí unos días más, tras el regreso de la amiga, y desaparece sin dejar rastro.
Se inicia así una investigación que Melchor intentará llevar adelante solo, sin obtener ningún resultado y sí muchas dudas del trabajo que hacen los policías y los jueces encargados de investigar las desapariciones de jóvenes, por otro lado bastante habituales en el lugar.
El misterioso encuentro con Damián Carrasco, capitán de la Guardia Civil que terminó en la cárcel y sin honores por una trampa que afirma le tendieron, al pretender dejar al descubierto los negocios turbios del multimillonario y filántropo Rafael Mattson, una de cuyas mansiones está en Pollença, población en la que ha desaparecido Cosette, introduce en el relato la corrupción de altos personajes de la judicatura, la banca y la política que acuden a fiestas en las que la depravación está servida (en la novela se nombra a Harvey Weinstein).
Por lo demás, en El castillo de Barbazul están también presentes el gusto por las novelas del siglo XIX que Melchor Marín descubrió a partir de la lectura en la cárcel de Los miserables y que esta vez se centra en las obras de Turguenév, las alusiones a Javier Cercas como el autor de los libros basados en la vida de Melchor, que éste dice no haber leído, y las detalladas descripciones de personajes, ambientes y paisajes propias del escritor extremeño.
En El castillo de Barbazul me ha gustado también encontrar, como clave para el desarrollo de diversos acontecimientos, la expresión “Tuya es la Tierra” perteneciente a un poema de Rudyard Kipling que memoricé hace muchos años y que continúa pareciéndome un buen compañero de camino.