Buffalo Bill Romance

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2026

 

Por Octavio Ferrero

 

Dos recientes presentaciones en Media Vaca nos devuelven al gesto la mayor de las exclamaciones, y es que hay nuevos tesoros a punto de ser depositados en la estantería. “Buffalo Bill Romance”, de Carlos Pérez y collages de Dani Sanchis (a quien entrevistamos en este artículo); y “Cubiertas para Cartelera Turia” de Miguel Calatayud, conducen al lector al detalle del proceso, compartiendo con los autores el cómo y el porqué de la obra.

Es sabido el cuidado y el respeto con el que Vicente Ferrer y Begoña Lobo (Media Vaca) trabajan la edición de sus libros. Acaban de cumplir 15 años como editorial y ya son 50 los libros que han publicado. Los dos últimos volúmenes son casi de fantasía. Sirva el presente artículo para felicitarles.

 

Buffalo Bill Romance. El Paris de la modernidad es la ciudad que acoge el encuentro. La exposición universal (que deslumbró al mundo con un nuevo símbolo, la Torre Eiffel), la visita de William Frederick Cody, Buffalo Bill, y su espectáculo Buffalo Bill’s Wild Wet Show, el pintor Robert Delaunay y el poeta chileno Vicente Huidobro, algunos de sus protagonistas. “Bajo la Torre Eiffel se citan los héroes del salvaje oeste y los poetas de la vanguardia”.

La fascinación que produjo el hito arquitectónico en Vicente Huidobro, su viaje a Europa, las relaciones que estableció con el bullir cultural de la época y la torre que le había cautivado desde niño, dan como resultado algunos poemas, entre ellos El romancero de Buffalo Bill, texto inédito hasta la aparición del presente libro.

Carlos Pérez toma como punto de partida a Phineas Taylor Barnum, empresario del espectáculo sin escrúpulos y a sus “fenómenos humanos vivientes”: sirenas, mujeres barbudas, generales de sesenta centímetros de estatura y siete kilogramos de peso… El viaje del empresario a Europa, donde consiguió dar una representación ante la reina Victoria I de Inglaterra, quien poco después, con motivo de su jubileo, pudo presenciar el espectáculo de Buffalo Bill, animada por su interés por lo insólito.

Fotografías, carteles, cubiertas, ilustraciones de la época, completos e interesantes pies de página junto a una cuidada edición (un nuevo placer para los sentidos: tacto, vista, olfato…), hacen de éste un precioso libro de colección.

Charlamos con Dani Sanchis para ahondar en éste magnífico ejemplar:

 

P. ¿Nos podrías hablar sobre la elección de la portada/contraportada del libro?

R. La portada y contraportada de Buffalo Bill Romance están concebidas desde la intención de recrear y combinar el grafismo de carteles de circo y los clásicos carteles de “wanted – reward” del Lejano Oeste norteamericano de finales del XIX y principios del XX. Se trata por tanto de una portada y contraportada tipográficas a dos tintas, rojo y negro, sobre un papel kraft.

En la portada tenemos el título bien grande, una breve sinopsis de lo que nos encontraremos en su interior, figurando también el nombre de los autores. En la contraportada nos encontramos los nombres de algunos de los personajes más relevantes del entretenidísimo e interesante texto de Carlos Pérez en diferentes tipografías y por orden de aparición.

En las solapas se decidió incluir un retrato de los dos personajes principales del libro: Buffalo Bill y Vicente Huidobro. Ambos retratos son dibujos de Marcos Gracia, un niño de 6 años al que le encanta dibujar y este fue su primer encargo editorial. Accedió a cambio de un helado y un ejemplar del libro.

 

P. ¿Cómo intervinieron Carlos Pérez y Vicente Ferrer en el diseño del libro? 

R. Carlos y Vicente han intervenido en todo, ha sido un proceso de trabajo de diseño conjunto, hablado, comido y bebido.

Evidentemente el texto de Carlos, por su contenido, traza hacia donde debía ir el diseño de este libro, el propio texto pedía ser ilustrado con ciertas imágenes.

Vicente es quien define el carácter que el libro ha de tener a nivel de tipografía, cuerpo de letra, tamaño de página, papeles, encuadernación, etc. Este es un libro de Media Vaca y sus libros, aunque todos diferentes, pertenecen a la misma familia.

Para mí el proceso comienza en octubre del año pasado (2012) cuando Vicente me comenta este proyecto, me habla del poema de Vicente Huidobro, de Carlos Pérez y de un primer planteamiento de lo que yo tendría que hacer en el libro. Para mi sorpresa no me plantea inicialmente que mi trabajo en este proyecto será el de ilustrar y diseñar, si no el de “hacer de editor”: una vez leído el texto de Carlos, pensar qué fotografías e ilustraciones serían las adecuadas, pensar cómo podría ser este libro formalmente, documentarme sobre todo lo que el texto cita (que no es poco), etc. Acepto por supuesto, sin saber exactamente en qué nos estaríamos metiendo, lo iré averiguando por el camino.

Leo el texto y me emociono, conecta perfectamente con gran parte de mi imaginario y empiezo a plantearme qué podremos hacer. Como punto de partida empezamos los tres con listas de imágenes, escenas o lo que fuera, relacionadas con el libro.

Quedamos varias veces para comer y charlar, nos mandamos continuamente emails sobre cualquier cosa pudiera ser importante tener en cuenta. El libro se iba definiendo, el texto iba pidiendo imágenes de aquí y de allá, seleccionábamos o descartábamos fotos, carteles e ilustraciones continuamente y las iba maquetando junto al texto para ver qué tal funcionaban. La tipografía Futura diseñada por Paul Renner para el texto corrido y otras para titulares al estilo Far West. Vicente decide el tamaño que tendrá el libro bajo una premisa que me fascinó: “…juntando todos los ejemplares de la primera edición, su altura debe ser la misma que la de la Torre Eiffel”.

Me puse a maquetar el texto en el nuevo formato y fuimos tomando decisiones que fueron quedándose como definitivas: el texto irá en negro y las notas al pie en rojo y ambos textos tendrán el mismo cuerpo, todas las imágenes en la página impar y texto en la par, una sóla imagen por página y todas verticales y a sangre.

 

P. ¿Cuál fue el criterio que seguiste para la elección de las imágenes y tono general del libro?

R. Como antes mencionaba, por la gran cantidad de referencias que tiene el texto de Carlos, debíamos hacer una búsqueda de aquellas fotografías, carteles o ilustraciones que ilustraran el texto como se merecía.

El criterio para la selección de estas imágenes fue que complementara lo que el texto decía, que nos parecieran buenas imágenes pero no las más típicas y ya reproducidas infinidad de veces en cualquier otro sitio, también que pudiéramos disponer de ellas a una resolución aceptable para imprimirlas y que los derechos de reproducción de éstas fueran viables. El baile de imágenes fue tremendo, algunas estaban claras desde el inicio pero otras, según íbamos cerrando páginas, cambiaban por otras, buscando tanto la coherencia con su página enfrentada como el equilibrio entre la sucesión de páginas.

Para las páginas de comienzo de capítulo realicé unas ilustraciones que tratan de introducir lo que en esos capítulos se cuenta, realizadas con la técnica de collage que es con la que más cómodo me siento a la hora de ilustrar. Collages en su mayoría artesanales realizados con material sacado de viejos libros y revistas, tebeos y papeles varios encontrados en la basura o el rastro.

También convertí el Manifiesto Tal Vez de Vicente Huidobro en un tebeo del oeste. Difícil tarea en principio, pero al igual que en todo el libro, se acerca la figura del poeta chileno a la del vaquero Buffalo Bill, así que nos parecía lo suficientemente coherente y a su vez lo suficientemente “creacionista”. La premisa que me puse al hacer el tebeo era que la imagen no debía explicar el texto, ni viceversa, sino ser dos discursos paralelos que coincidieran en un espacio para que quien los vea, a la vez, construya su poema.

Por otro lado, diseñé la página de anuncios que está al final del libro basándome en la maquetación de las páginas de anuncios por palabras de la antigua revista Nuevo Mundo. Me encargué también del diseño de la doble página que abre el prólogo basándome aquí en los carteles tipográficos de circo, la trabajé a 2 tintas y con cuidado de ser fiel a las tipografías del momento.

 

 

Cubiertas para Cartelera Turia. Miguel Calatayud colaboró a mediados de los setenta con la Cartelera Turia de Valencia realizando más de doscientas de sus cubiertas.
Este libro, que tiene como subtítulo «Memoria gráfica de la vida cultural valenciana de 1976 a 1983», recoge las 223 cubiertas ese periodo, más otras tres que el autor realizó posteriormente.  Un artículo de Vicente Vergara, director de Cartelera Turia, y la transcripción de una conversación entre Miguel Calatayud y el crítico de jazz Federico García Herraiz “Carpichos y complicaciones”, completan un admirable volumen que nos descubre en imágenes la Valencia de la época.

 

Publicación : 29 de diciembre de 2013

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