TRILOGÍA: LOS HIJOS DEL DESASTRE

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Con El espejo de nuestras penas, libro editado en el año 2020 por Salamandra, el escritor francés Pierre Lemaitre cierra la trilogía de entreguerras “Los hijos del desastre”, que inició con Nos vemos allá arriba, novela ganadora del Premio Goncourt 2013, que comenté en Opticks en julio del 2015, y me pareció extraordinaria.

Como extraordinaria me parece la capacidad del escritor francés para atraer la atención del lector, de tal manera, que no puedes abandonar la lectura hasta completar la última página.

Durante la pasada semana leí El espejo de nuestras penas y Los colores del incendio, segundo título de la trilogía; además volví a leer Nos vemos allá arriba con la intención de encontrar el vínculo que une a las tres obras, a pesar de que cada una de ellas puede leerse al margen de las otras.

Los tres libros se inician con un acontecimiento trágico. En Nos vemos allá arriba, ese acontecimiento tiene lugar durante  la 1ª Guerra Mundial. Se trata del asesinato de dos soldados por parte de un teniente, Henri d`Aulnay-Pradelle, que aspira a lograr méritos, al precio que sea, y ascender en el escalafón militar. Un precio que incluye también el intento de eliminación de un tercer soldado para evitar testigos.

Ese tercer soldado, Albert Maillard, es salvado en extremis por uno de sus compañeros, Édouard Péricourt, aunque es herido gravemente al conseguirlo. Albert, se ve en la obligación de cuidar de Édouard largo tiempo, en una sucesión de acontecimientos impactantes, originales y bien narrados en los que ocupa un importante papel una jovencita, Louise Belmont, que volveremos a encontrar en el tercer libro de la trilogía.

La hermana de Édouard Péricourt, Madeleine, y Paul de 7 años, el hijo que tuvo tras casarse con Henri d`Aulnay-Pradelle, que está en la cárcel por los turbios negocios que emprendió en el anterior libro, ayudado por un soldado, Dupré, que se limitó a obedecer sus órdenes, son dos de los protagonistas  de Los colores del incendio.

En este caso la narración se centra en el periodo de entreguerras con una Francia fuertemente endeudada y multitud de especuladores que aprovechan cualquier ocasión para ganar dinero.

La tragedia sucede aquí en el momento del entierro del padre de Madeleine, Marcel Péricourt, un acaudalado y prestigioso banquero que cuenta en su cortejo fúnebre hasta con el Presidente de la República. Al iniciarse la comitiva, el pequeño Paul se arroja desde una ventana sobre el ataúd de su abuelo y queda paralítico.

Madeleine ha heredado los negocios de su padre pero sabe poco de ellos y está centrada en cuidar a su hijo. Así que deja todo en manos de un empleado de confianza que, despechado porque no le acepta por marido, consigue arruinarla.

Desposeída de su inmensa fortuna, la mujer planea, con ayuda de Dupré, una estudiada y eficaz venganza.

Con El espejo de nuestras penas Pierre Lemaitre cierra la trilogía. El suceso trágico lo protagoniza Louise Belmont, convertida ya en una mujer de 30 años que corre desnuda y cubierta de sangre por las calles de París.

Louise es maestra y, una vez libre de los cargos que ese suceso y lo que lo ha provocado atrajo sobre ella, decide ir en busca de un hermano del que desconocía la existencia; mientras las tropas alemanas avanzan hacia París y una multitud aterrorizada emprende un éxodo de resultado incierto.

En el caso de El espejo de nuestras penas la construcción de la historia difiere de los libros anteriores, está organizada por capítulos con diferentes protagonistas.

Además de Louise, aparecen dos soldados de la línea Maginot, Raoul y Gabriel, muy distintos en su forma de ser y sus aspiraciones, pero unidos por un destino que les hará vivir situaciones dramáticas.

Fernand, un guardia móvil, es otro de los protagonistas de estos capítulos que van alternándose. Primero aleja de la ciudad a su mujer, Alice, para ponerla a salvo. Después ayuda a quemar grandes cantidades de dinero del Banco Central para que no caiga en manos de los nazis y se guarda una cierta cantidad, con la que ayudará a mucha gente mientras va al encuentro de su esposa.

El personaje más sorprendente de los que protagonizan los capítulos de El espejo de nuestras vidas es Désiré Migaud, un impostor al que encontramos trabajando como letrado, doctor, profesor, piloto, portavoz del gobierno en el intento de convencer a la población de que el ejército francés resiste con valor y buenos resultados a los nazis, y hasta eficaz sacerdote que socorre a los refugiados. En todos los casos, cambiando de apellido y de profesión, convence a los que le rodean de su valía y consigue desaparecer antes de ser descubierto.

En las tres novelas Pierre Lemaitre realiza una crítica detallada y bien documentada del sistema económico, social y político de cada uno de los periodos históricos que aparecen.

Esta crítica la realiza el autor a través de las acciones de los personajes, nunca con largas parrafadas en las que profundizar en la historia o en las diferentes personalidades.

Afirma Pierre Lemaitre que su pretensión es hacer de cada uno de sus libros un ejercicio de admiración por la literatura. Puedo asegurar que estas tres novelas, cuya riqueza es imposible resumir en pocas líneas, son una buena muestra de ello.

 

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