“La Cultura nos define como pueblo, pero también nos hace respetar a los otros”
Por Joan Montón
Fotógrafo. Josep Maria Balagué
Barcelona. 21 de septiembre de 2018
La Banda Municipal de Barcelona presenta Un mar de músicas, el concierto que ofreceráesta noche en la Plaza Mayor de Nou Barris en el marco de la Festa Major de la Mercè.
Su director, José Rafael Pascual-Vilaplana (Muro d’Alcoi, 1971), ha dirigido la banda regularmente desde el año 2009 y ahora se estrena como titular.
Los músicos vuelven a la sala y empiezan a preludiar. Al coger el instrumento cada cual practica su ritual de calentamiento. Entre un tumulto de notas largas, pasajes virtuosísticos o de conversaciones distendidas, el vibrafonista se arranca con la Arabesca de Debussy… Por encima de todos se escucha imperial el sonido del tible. Un señor sube a la tarima y da unas palmadas para pedir silencio y retomar el ensayo. Insiste. Luego ocupa su puesto de trompista. El director espera que la banda revise la afinación. Con un gesto preciso, da la entrada de la sardana Empúries de Eduard Toldrà. Finalizada la sesión el director, José Rafael Pascual-Vilaplana, atiende a Opticks Magazine.
Debuta en la Festa Major, con un repertorio bien diferente al que se escuchará a lo largo de la temporada en l‘Auditori.
Diferente, pero de una gran calidad. A veces se entiende la música popular como algo intrascendente, y no lo es. Hay música popular y música populachera. Para mí la tradición popular tiene una gran entidad y hay que cultivarla, pero también hemos que aprovechar el eclecticismo de la música para banda.
Supimos a finales de noviembre que se convertía en el director titular de la Banda Municipal. Ha firmado un contrato por dos años y Salvador Brotons seguirá cinco años más como principal director invitado. ¿Ha diseñado solo la programación?
Cuando aterricé el Consorcio de l’Auditori ya había adelantado mucho trabajo. Estoy muy conforme con la programación que presentamos. Realmente, mi propuesta firme será para mi segunda temporada. Este año utilizamos la idea que la banda nos ayuda a descubrir cosas; como la presencia de la mujer en la música o bien el tiempo de grandes cambios sociales. Nos proponemos demostrar al público que somos un elemento de contemporaneidad, no sólo de tradición. Las bandas no son instituciones decimonónicas. Un objetivo básico es demostrar a nuestro público fiel que, además de ofrecerle aquello que esperan escuchar, hay un montón de tesoros musicals que conviene rescatar del olvido. También queremos normalizar nuestra relación con las entidades educativas de la ciudad. Ofrecer la banda a los alumnos de instrumento, de dirección, estrenar las obras de jóvenes compositores, persuadir a los futuros musicólogos para que nos hagan más caso…
Comparte la titularidad de la Banda Municipal de Bilbao con la de Barcelona.
Inicialmente dije no a Barcelona. Cuando me llegó la oferta ya estaba comprometido a renovar por tres años mi contrato en Bilbao. Pero la gente de Barcelona insistió. Todas las partes me lo pusieron tan fácil que finalmente acepté. En Bilbao me animaron a hacerlo; les gustaba la idea de crear un vínculo entre las dos ciudades. Y la familia me apoyó. Son muchos viajes, mucho trabajo, mucha soledad… Si hago lo que hago es por la familia que tengo.
La plantilla de la Banda es de 49 músicos. ¿Es suficiente para afrontar un repertorio sinfónico?
Haría falta una pequeña ampliación de la plantilla, pero hablo sólo de siete u ocho músicos. De hecho ya los contratamos puntualmente, pero si los tuviéramos fijos me ayudaría a interpretar cualquier cosa. Ahora bien, las bandas no deben ser grandes, deben estar equilibridas y tener diversificación de voces.
Además de una responsabilidad artística, el director ha de gestionar personas.
En mi formación me encontré con maestros que me enseñaron mucho sobre la didáctica y psicología del ensayo. La primera lección que aprendí es que yo solo con una batuta soy incapaz de hacer nada de provecho. Mi batuta no suena. La banda de Barcelona es un grupo humano extraordinario del cual se puede sacar mucho jugo, pero también depende de los retos que les plantees. El estado de ánimo del colectivo va variando y el director debe saber reaccionar ante esto. Me sale tratar a los músicos de usted, no para marcar una distancia, sino por el respeto que les tengo. Cuando termina la sesión, cambio el registro e intento ser un compañero cercano, una persona como cualquier otra que limpia el coche, hace la compra semanal en el mercado… Si durante la semana que trabajo con una banda o una orquesta hay un músico que no me ha hablado, voy a buscarlo. Necesito ese contacto humano.
El tercer concierto de la temporada en l’Auditori cuenta con la participación de estudiantes del ESMUC (Escuela Superior de Música de Cataluña). Cada curso un promedio de 130 músicos terminan sus estudios superiores. ¿Qué hacemos con ellos?
Salen a una sociedad en la que la cultura no forma parte del entramado económico y social. Con la crisis económica, vimos cómo de donde primero sacaron dinero fue de la cultura. He escuchado a políticos decir que se tenía que reducir el presupuesto porque la cultura no era un bien necesario. Se da la paradoja que el estado invierte mucho dinero en su formación y resulta que no nos beneficiamos de su talento porque se van fuera. Eso indica que, en parte, existe un buen nivel porque muchos músicos encuentran plazas en formaciones europeas. También he de decir que los estudios deberían enfocarse mejor hacia el mercado laboral. Hablamos de una práctica artística. Como director yo necesito un perfil de músico que defienda el papel y sepa adaptarse rápidamente a lo que pido en el ensayo. Durante sus cuatro años de estudios superiores, los alumnos habrán trabajado muchos conciertos para solista, pero sólo habrán estado doce horas tocando delante del público con la orquesta o la banda. Además, las instituciones deberían pensar en ofrecer a este gran potencial musical un mayor apoyo, esto significa ampliar las formaciones que hay o bien crear nuevas. Estamos haciendo justo lo contrario, reducir plantillas.
Encontramos en el repertorio muchas obres de compositores que conoce bien, en algún caso existe un vínculo de amistad. Entiendo que es una riqueza aportar el conocimiento de haber trabajado las obras con los propios autores.
Nunca programo una obra de un autor porque sea mi amigo. Mi prioridad es la calidad. De hecho, tengo amigos compositores de los que nunca programaré nada. Conozco bien, por ejemplo, al maestro Franco Cesarini y tengo el privilegio de ser su amigo, pero cuando abres una partitura suya es obligado admirarle. Es uno de los pocos compositores de los que puedes programar un monográfico.
El concierto de clausura es una gala lírica con un repertorio de ópera y zarzuela. ¿Qué respondería a un político si le dijera que en un auditorio catalán no caben obras escritas en castellano?
Que yo hablo de Arte. Y que el Arte se puede escribir en catalán, castellano, inglés, alemán, esloveno… No discutiré nunca esto desde otro punto de vista. Yo hablo de Arte. Creo que la Música va mucho más allá de las cuestiones políticas. Es más, la Música puede ayudarnos a comprender cosas que sólo desde una óptica política no se entienden. Estoy convencido que si fomentamos la Música tendremos una sociedad más libre. ¡Estoy tan seguro de esto! Cuando se utiliza la cultura como arma de enfrentamiento es porque no se ha entendido el poder de la Cultura. No creo que se dé el caso, pero si alguien me planteara esto que usted me dice sería él el que tendría un problema, no yo.
Un mar de Músicas.
Banda Municipal de Barcelona
José Rafael Pascual-Vilaplana, director
Concierto de la Mercè 2018
Programa:
Julio Laporta Hellín. Mi Barcelona. Pasodoble. Franco Cesarini. Greek Folk Song Suite, op. 25. Hardy Mertens. Xenia Sarda, op. 197. Ferrer Ferran. Vents catalans. Fantasía sinfónica. Rafael Mullor Grau. Danza Colorista. Eduard Toldrà. Empúries. Sardana lliure. Eduard Toldrà. La maldición del Conde Arnau. Impresión lírica. Miquel Asins Arbó. El cant dels ocells.
(Entrevista traducida del catalán)
Per Joan Montón
Fotògraf. Josep Maria Balagué
Barcelona. 21 de setembre del 2018
La Banda Municipal de Barcelona presenta Una mar de músiques, el concert que oferirà aquesta nit a la Plaça Major de Nou Barris en el marc de la Festa Major de la Mercè.
El seu director, José Rafael Pascual-Vilaplana (Muro d’Alcoi, 1971), ha dirigit la banda regularment des de l’any 2009 i ara s’estrena com a titular.
Els músics tornen a la sala i comencen a preludiar. En agafar l’instrument cadascú practica el seu ritual d’escalfament. Enmig d’una maror de notes llargues, passatges virtuosístics o de converses disteses, el vibrafonista prova amb l’Arabesca de Debussy… Per damunt de tots s’escolta imperial el so del tible. Un senyor puja a la tarima i pica de mans per demanar silenci i reprendre l’assaig. Insisteix. Després ocupa el seu seient de trompista. El director espera que la banda revisi l’afinació. Amb un gest precís, dóna l’entrada de la sardana Empúries d’Eduard Toldrà. Finalitzada la sessió el director, José Rafael Pascual-Vilaplana, atén Opticks Magazine.
Debuta en la Festa Major, amb un repertori ben diferent del que s’escoltarà durant la temporada a l’Auditori.
Diferent, però d’una gran qualitat. De vegades s’entén la música popular com una cosa intranscendent, i no ho és. Hi ha música popular i música populatxera. Per mi la tradició popular té molta entitat i cal conrear-la, però també hem d’aprofitar l’eclecticisme de la música per a banda.
Vam saber a finals de novembre que es convertia en el director titular de la Banda Municipal. Ha signat un contracte per dos anys i Salvador Brotons continuarà cinc anys més com a principal director convidat. Ha dissenyat tot sol la programació?
Quan vaig aterrar el Consorci de l’Auditori ja havia avançat molta feina. Estic molt d’acord amb la programació que presentem. Realment, la meva proposta ferma serà per la segona temporada. Enguany fem servir la idea que la banda ens ajuda a descobrir coses com la presència de la dona en la música o bé els temps de grans canvis socials. Ens proposem de mostrar al públic que som un element de contemporaneïtat, no només de tradició. Les bandes no són institucions decimonòniques. Un objectiu bàsic és demostrar al nostre públic fidel que, a més d’oferir-los allò que esperen escoltar, hi ha un munt de tresors musicals que cal rescatar de l’oblit. També volem normalitzar la nostra relació amb les entitats educatives de la ciutat. Oferir la banda als alumnes d’instrument, de direcció, estrenar obres dels joves compositors, persuadir als musicòlegs perquè ens facin més cas…
Comparteix la titularitat de la Banda Municipal de Bilbao amb la de Barcelona.
Inicialment vaig dir no a Barcelona. Quan em va arribar l’oferta ja estava compromès a renovar per tres anys el meu contracte a Bilbao. Però la gent de Barcelona va insistir. Totes les parts m’ho posaren tan fàcil que finalment vaig acceptar. A Bilbao em van animar a fer-ho; els agradava crear un vincle entre les dues ciutats. I la família em va donar suport. Són molts viatges, molt de treball, molta solitud… Si faig el que faig és per la família que tinc.
La plantilla de la Banda és de 49 músics. És suficient per afrontar un repertori simfònic?
Caldria fer una petita ampliació de la plantilla, però només de set o vuit músics. De fet ja els hi contractem puntualment, però si els tinguéssim fixes m’ajudaria a interpretar qualsevol cosa. Ara bé, les bandes no han de ser grans, han de tenir equilibri i diversificació de veus.
A més d’una responsabilitat artística, el director ha de gestionar persones.
En la meva formació he trobat mestres que m’han ensenyat molt sobre la vessant didàctica i psicològica de l’assaig. La primera lliçó que vaig aprendre és que jo sols amb una batuta no puc fer res de bo. La meva batuta no sona. La banda de Barcelona és un grup humà extraordinari del qual es pot treure molt de profit, però també depèn dels reptes que els hi planteges. L’estat d’ànim del col·lectiu va variant i el director ha de saber reaccionar davant d’això. Em surt tractar els músics de vostè, no per marcar una distància, sinó pel respecte que els hi tinc. Quan acaba la sessió canvio el registre i intento ser un company proper, una persona com qualsevol altra que neteja el cotxe, fa la compra setmanal al mercat… Si durant la setmana que treballo amb una banda o una orquestra hi ha un músic que no ha parlat amb mi, vaig a buscar-lo. Necessito aquest contacte humà.
El tercer concert de la temporada a l’Auditori compta amb la participació d’estudiants de l’ESMUC. Cada curs hi ha una mitjana de 130 músics que acaben els seus estudis superiors. Què fem amb ells?
Surten a una societat en la qual la cultura no forma part de l’entramat econòmic i social. Amb la crisi econòmica, vam veure com d’on primer van treure diners va ser de la cultura. He sentit dir a polítics que s’havia de reduir el pressupost perquè la cultura no era un bé necessari. Es dóna la paradoxa que l’estat inverteix molts diners en la seva formació i resulta que no ens beneficiem del seu talent perquè han de marxar. Això indica que, en part, hi ha un bon nivell perquè molts músics troben places en formacions europees. També he de dir que els estudis haurien d’enfocar-se millor cap al mercat laboral. Parlem d’una pràctica artística. Jo com a director necessito un perfil de músic que defensi el paper i sàpiga adaptar-se ràpidament a allò que li demano en l’assaig. Durant els seus quatre anys d’estudis superiors, els alumnes hauran treballat molts concerts per a solista, però només hauran estat dotze hores tocant davant del públic amb l’orquestra o la banda. A més, les institucions haurien de pensar en oferir a aquest gran potencial musical un major suport, això vol dir ampliar les formacions que hi ha o bé crear de noves. Estem fent el contrari, reduint plantilles.
Trobem en el repertori moltes obres de compositors que vostè coneix bé, en algun cas hi ha un vincle d’amistat. Entenc que és una riquesa aportar el coneixement d’haver treballat les obres amb els mateixos autors.
Mai no programo una obra d’un autor perquè sigui amic meu. La meva prioritat és la qualitat. De fet, tinc amics compositors dels quals mai programaré res! Conec bé, per exemple, el mestre Franco Cesarini i tinc el privilegi de ser el seu amic, però quan obres una partitura seva és obligat admirar-lo. És un dels pocs compositors dels quals en pots programar un monogràfic.
El concert de cloenda és una gala lírica amb un repertori d’òpera i sarsuela. Què li respondria a un polític si li digués que a un auditori català no hi caben obres escrites en castellà?
Que jo parlo d’Art. I que l’Art es pot escriure en català, castellà, anglès, alemany, eslovè… No discutiré mai això des d’un altre punt de vista. Jo parlo d’Art. Crec que la Música va molt més enllà de les qüestions polítiques. És més, la Música ens pot ajudar a comprendre coses que només des d’una òptica política no s’entenen. Estic convençut que si fomentem la Música tindrem una societat més lliure. Jo m’ho crec tant! Quan s’utilitza la cultura com a arma d’enfrontament és perquè no s’ha comprès el poder de la Cultura. No crec que es doni el cas, però si algú em plantegés això que vostè em diu seria ell el que tindria un problema, no pas jo.
Una mar de Músiques.
Banda Municipal de Barcelona
José Rafael Pascual-Vilaplana, director
Concert de la Mercè 2018
Programa:
Julio Laporta Hellín. Mi Barcelona. Pasdoble. Franco Cesarini. Greek Folk Song Suite, op. 25. Hardy Mertens. Xenia Sarda, op. 197. Ferrer Ferran. Vents catalans. Fantasia simfònica. Rafael Mullor Grau. Dansa Colorista. Eduard Toldrà. Empúries. Sardana lliure. Eduard Toldrà. La maledicció del Comte Arnau. Impressió lírica. Miquel Asins Arbó. El cant dels ocells
Publicación : 21 de septiembre de 2018