NOTICIAS FELICES EN AVIONES DE PAPEL. BIRDMAN

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Empiezo marzo con un libro de Juan Marsé bellamente editado por la editorial Lumen, se titula Noticias felices en aviones de papel y el breve texto, sólo 88 páginas, se adorna con excelentes dibujos alusivos a la historia que nos cuenta el escritor realizados por la ilustradora María Hergueta.
Una de las frases que hay al inicio del relato, “Quizá hemos acabado con el pasado, pero el pasado no ha acabado con nosotros”, me ha recordado la película Birdman del director Alejandro González Iñárritu que en la reciente gala de los Óscar fue premiada con cuatro estatuillas. Tanto el libro como la película hablan de la memoria. Una memoria que recupera el pasado en forma de alucinaciones más o menos impactantes, de las que participan de alguna manera las personas que rodean al protagonista. En el caso del libro es un adolescente, Bruno, y en el de la película un adulto, Riggan Thomson.
Bruno tiene 15 años y vive en Barcelona con su madre, Ruth, que se separó de su padre, Amador, al que había conocido en una comuna hippy de Ibiza, cuando él tenía 9 años. Al comienzo del libro, Amador, que dice piensa viajar a Nepal, visita a su mujer y a su hijo e intenta congraciarse con éste sin mucho resultado. Ruth continúa queriéndolo, pero los fracasos anteriores en la relación le impiden aceptar que se quede unos días con ellos. Ante la negativa, Amador abandona la casa.
La inquilina del 2º piso del bloque en el que viven Bruno y su madre es la señora Pauli, todos la llaman así, aunque su verdadero nombre sea Hanna Pawlikowska, nacida en Varsovia, ciudad de la que consiguió escapar cuando los nazis asesinaron a casi toda su familia y amigos; le queda una sobrina que viene a verla de vez en cuando.
La señora Pauli tiene 70 años, lleva cincuenta viviendo en Barcelona y su piso está lleno de fotografías y recuerdos de los tiempos en que se ganaba la vida como bailarina. Es una mujer alegre y bastante excéntrica, Bruno piensa que está algo “pirada” porque disfruta de la compañía de un loro, Jacinto, y tira cosas por el balcón; últimamente, pajaritas de papel que hace con hojas de periódico en las que aparecen noticias felices.
Los recuerdos del gueto de Varsovia que alberga la memoria de la señora Pauli son tan fuertes, que se convierten para Bruno en hechos reales.
Riggan Thomson es un maduro actor que en su juventud protagonizó una serie de películas en las que hacía de hombre pájaro (Birdman) que le proporcionaron un gran éxito. Su obsesión actual es dar a su carrera de actor un giro total, representando en el teatro un papel serio. Para ello ha adaptado una obra de Raymon Carverque ensaya con otros actores poco antes de estrenarla en Broadway. Riggan Thomson también está divorciado, tiene una hija adolescente problemática y los recuerdos de su etapa como hombre pájaro le persiguen hasta la alucinación.
Todos los personajes principales del libro y la película buscan amor cada uno a su manera. Amador, el padre de Bruno, le deja la siguiente reflexión sobre el amor antes de marcharse: “Nunca olvides que el amor verdadero que puedas merecer de una mujer no será el que estás buscando, sino el que no sabías que estabas buscando”.
Un libro muy breve, Noticias felices en aviones de papel, con mucho más contenido del que cabe resumir en esta página y exquisitos y sugerentes dibujos, y una película, Birdman, a la que hay quien dice que le sobran escenas, pero que ha merecido cuatro Óscar, haciendo coincidir en sus respectivos argumentos ilusiones, amor y memoria. Principios tan importantes para la vida humana que se pueden confeccionar con ellos obras de arte de diverso género; por ejemplo, estas dos con las que empiezo marzo, que recomiendo tener en cuenta.

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