Cumpliendo el propósito que me hice la pasada semana, a pesar de que soy una lectora voraz de periódicos y estoy al día en las últimas noticias, me evado de la caótica realidad nacional sumergiéndome en las páginas de una novela recién publicada; su titulo es Una suerte pequeña y está escrita por la autora argentina Claudia Piñeiro.
Como mis conocimientos sobre dicha autora eran nulos, acudo a Wikipedia y descubro que, al igual que Raquel López Cascales, otra escritora de la que ya he hablado en este blog, Claudia Piñeiro fue primero contadora de historias; cuentista, se llama a sí misma Raquel.
El hecho de haber sido contadora, de alguna forma, imprime carácter. Es lógico pues que Claudia Piñeiro diga, refiriéndose a Una suerte pequeña: Me gusta ese tipo de relato, en el que uno cuenta una historia y el otro espera que sigas.
La historia que contiene este libro está contada por su protagonista, Mari Lohan, una mujer que vive en Bostón, es viuda (aunque nunca llegase a casarse) de Robert Lohan, y regresa al país en el que nació y vivió de joven, Argentina, para determinar si su antiguo colegio, el Saint Peter, cumple los requisitos necesarios que le harán merecer la licencia Garlic. Licencia que se otorga a aquellos centros que utilizan una determinada metodología en el aprendizaje del inglés.
Poco a poco vamos descubriendo que Mary Lohan oculta su identidad con un nombre distinto (se llama en realidad María Elena Pujol), unas lentillas marrones, el pelo muy corto y teñido de pelirrojo y bastantes kilos menos. También descubrimos que vuelve a su tierra después de veinte años y que le obsesiona encontrarse con alguien a quien se refiere como él.
Intercalándose con lo que relata Mary Lohan, encontramos una serie de textos referidos a un tren que se aproxima, una barrera bajada y varios coches situados ante ella.
Como no quiero estropear la espera del posible lector, a la que se refiere Claudia Piñeiro, dejo aquí la narración del argumento de Una historia pequeña y me limito a expresar mi opinión sobre ella.
La semana pasada leí un nuevo libro de Alice Munro, el tercero que leo. Claudia Piñeiro reproduce al empezar el suyo unas líneas de la autora canadiense extraídas del relato “Las niñas se quedan”.
Quizá la influencia de estas lecturas, la forma de escribir especial que tiene Alice Munro, con esas frases tan cortas e intensas, ha hecho que las primeras páginas de Una suerte pequeña me hayan parecido algo embrolladas y con detalles destinados a alargar el texto.
Luego, a partir de la entrevista que Mary Lohan mantiene con Federico Lauría, la narración gana en interés y agilidad, en resumen, mejora de manera notable.
En Wikipedia también aparece que Claudia Piñeiro es guionista de cine. Está claro que el argumento de Una suerte pequeña podría dar lugar a una interesante película.
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Emilia