EN MANOS DE LAS FURIAS

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Inauguro esta sección en junio con una obra de la escritora norteamericana Lauren Groff, se titula En manos de las Furias y el argumento se ajusta perfectamente al título, ya que la vida de la protagonista principal, sobre todo, se desarrolla a merced de tan pérfidas y vengativas damas.
En general, cuando no conozco ninguna característica del autor o del libro que voy a leer, me dejo llevar por las primeras impresiones. Y la primera impresión que me produjo En manos de las Furias fue que se trataba de una pretenciosa novela americana de iniciación.
Sin embargo, conforme avanzaba en la historia de Lancelot (Lotto) y de Mathilde y aparecían nuevos personajes y nuevas situaciones, me iba interesando cada vez más una trama que va de adelante atrás y de atrás adelante, haciendo encajar en el lugar exacto las muchas piezas de un complicado puzle, hasta llegar al final que la escritora resuelve con acierto.
El primer capítulo nos muestra  a una pareja de jóvenes enamorados, Lancelot y Mathilde, que acaban de casarse y para los que el matrimonio, según Mathilde, es una larga conversación, y según Lotto, un banquete interminable, en el que comes y comes y nunca te sacias. De forma progresiva y en muy pequeñas dosis, conocemos la historia familiar de los dos, una historia que sólo se aclarará por completo al término del relato.
Ese encaje de las distintas piezas que componen la trama que el lector ha de ir descubriendo poco a poco, hace que no resulte conveniente hablar demasiado del argumento de En manos de las Furias.
Diré sólo que el joven protagonista se dedica en principio a representar obras de Shakespeare, lo que no proporciona a la pareja casi ningún ingreso, por lo que la esposa ha de trabajar para el mantenimiento de ambos. Después él, animado por ella y con su ayuda, se convierte en un exitoso y cotizado autor teatral.
Las dos ocupaciones de Lotto proporcionan a Lauren Groff la posibilidad de demostrarnos sus conocimientos tanto de Shakespeare como de las tragedias clásicas, en las que están basadas muchas de las obras de teatro que Lancelot escribe y de las que aparecen fragmentos representativos.
Esto último, el tono general del libro y el modo de escribir de la autora contribuye a la creación de un ambiente de tragedia, en ocasiones mágico,  en la que todos los personajes participan de una manera u otra como víctimas o como verdugos.
Ambiente trágico que quizá conduzca al lector a la misma y radical conclusión que Lauren Groff apunta en la contraportada de En manos de las Furias afirmando: La certeza absoluta no existe en ningún lugar. A los dioses les encanta jodernos.

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