FAMILIAS COMO LA MÍA

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Vuelvo de la biblioteca con un libro que me ha recomendado Kiko, se titula Familias como la mía y su autor es el barcelonés Francisco Ferrer Lerín.
Antes de explicar un poco el contenido de Familias como la mía, debo decir que Kiko no me recomienda nunca libros ordinarios, sino rarezas de toda clase y condición, aunque, eso sí, se trata de rarezas muy bien escritas. La obra de Francisco Ferrer Lerín, del que nunca había leído nada hasta ahora, es una de ellas.
La primera parte de Familias como la mía recoge las memorias de Pablo Amatller Moragas, a quien Ferrer Lerín afirma haber conocido en la universidad durante el curso 1962-1963 mientras Pablo estudiaba medicina y él derecho, ¿es eso cierto?, aseguraría que no.
Lo más probable es que Pablo Amatller Moragas sea un personaje de ficción, pese a la cantidad de datos históricos que contiene su historia y a las intromisiones del autor en algunos momentos de ella a lo largo de esta primera parte, así como de la segunda, integrada por diversos relatos, textos poéticos, citas bibliográficas y aclaraciones incalificables literariamente que también tienen a Pablo Amatller de principal protagonista.
Las memorias de Pablo se inician en 1960 y terminan en 1986. De familia acomodada, nos dice que su padre era médico y se esperaba que él  lo fuera igualmente, por lo que estudiaba medicina a la vez que leía en profundidad a Faulkner y mantenía sus primeros contactos eróticos; que dejó la carrera cuando su padre, que engañaba a su madre con otras mujeres de forma habitual, los abandonó y unas malas inversiones realizadas después del abandono hundieron la economía familiar.
Al comprobar la escasez de medios de subsistencia con los que cuenta, Pablo consigue dinero jugando al póquer en partidas clandestinas hasta que le corresponde hacer el servicio militar. Tras su original experiencia en el ejército, se aficiona a la ornitología y se integra en un grupo protector de las aves necrófagas que termina alimentando a dichas aves con métodos bastante terroríficos. Más tarde, por mediación de un capitán al que había conocido en la mili, se convierte en espía dentro de una especie de servicio secreto que actúa en los últimos años de la dictadura franquista.
Los elementos que constituyen la segunda parte, a los que ya me he referido, inciden en historias que aparecen en la primera, aclarando hechos, profundizando en la vida de determinadas personas, ampliando pasajes con nuevos detalles, etc. Cada uno de esos capítulos puede leerse al margen del resto atribuyéndole la categoría de reseñable ejercicio literario.
Para terminar debo decir que Familias como la mía de Francisco Ferrer Lerín no es un libro fácil de leer. En él encontramos desde el realismo sucio al surrealismo, pasando por la ciencia ficción, la novela negra, la proclama ecológica, la denuncia social, la crítica al nacionalismo, el sarcasmo y la lírica más amarga. Ese enorme conjunto de elementos diversos, que conciernen aún más a la segunda parte, contribuyen a la complejidad de la obra y dificultan el conocimiento valorativo del autor, al que sí que se llega con agrado y admiración al término de la primera parte.

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