Aunque no tenga de ello una certeza absoluta, podría asegurar que Peter Pan, el personaje creado por James Mattew Barrieen 1904 para una función de teatro, ha sido el invitado especial en muchas y variadas efemérides.
Si tenemos en cuenta que, además de en una función teatral, Peter Pan aparece como protagonista en películas, cómics, álbumes ilustrados, cuentos, novelas y hasta sesudos ensayos psicológicos y sociológicos, es fácil creer que algunas de las citadas representaciones sirvieron de apoyo en la celebración de cumpleaños, onomásticas y otras festividades señaladas y gozosas.
En el caso que hoy traigo a Opticks, la representación acompaña el nacimiento de un proyecto editorial, Degomagom, y consiste en un álbum ilustrado que se titula Imaginar a Peter Pan.
El álbum que edita Degomagom de una forma cuidada y preciosista, se compone de un conjunto de ilustraciones realizadas por el ilustrador Miguel Calatayud y de un relato obra del escritor Manuel Roig Abad.
En la presentación de la editorial y del álbum se dijo que las ilustraciones de Miguel Calatayud, prestigioso y muy premiado ilustrador valenciano, fueron en un principio diecisiete y las dibujó en 1976. Sin embargo, como sucede con las auténticas obras de arte, el tiempo no ha reducido el valor de las mismas, sino que lo ha aumentado y magnificado. Así que el espectador no se cansa de admirar la maestría con la que el artista representa a los personajes de la historia del niño que no quería crecer, observando en cada recorrido visual detalles sorprendentes y estudiados que dan fe del genio de su creador.
Además de las diecisiete ilustraciones iniciales, Miguel Calatayud ha añadido otras de nueva creación e idéntica maestría que ilustran dos apartados más del libro, los titulados Para imaginar a Peter Pan y el auca El país de nunca jamás.
El relato de Manuel Roig, escritor castellonense de Vall d’Uixó premiado por sus libros de poesía y narrativa, se adapta a las ilustraciones desde la ingenuidad de Marcos, un niño de 5 años que aún no sabe leer, pero al que gustan las bibliotecas y sueña e imagina que vuela, utilizando en sus ensoñaciones la historia de Peter Pan. El autor implica progresivamente en la narración, de una manera divertida, sugerente y muy original, a los padres de Marcos, su abuela, su hermano y su maestra.
La obra se completa con un interesante epílogo escrito por Gustavo Martín Garzo, que analiza la obra de Barrie tomando como punto de partida la personalidad de éste.