Con motivo de la publicación de tres de sus libros por la editorial Degomagom, he tenido ocasión de glosar largamente en esta página la exitosa trayectoria de David Pintor, el dibujante, ilustrador, pintor y caricaturista gallego, premiado en numerosas ocasiones.
El pasado día 21 de marzo David Pintor presentó en Ibi su último trabajo titulado Caricaturas y editado también, con la profesionalidad y maestría de siempre, por Degomagom, una editorial que cuida al máximo sus publicaciones, elevando con ello el valor de las mismas.
Tras hablar del nacimiento en Francia de la caricatura, que en un principio estuvo asociada a la política, con la finalidad de denigrar al representado, y explicar en profundidad las diferencias entre caricatura y retrato, cuenta David que su afición por este tipo de expresión gráfica empezó en los primeros cursos del colegio, caricaturizando a un maestro cuyos rasgos se prestaban a ello.
Más tarde, tras abandonar la carrera de arquitectura y entrar de lleno en el mundo de la ilustración, tuvo la oportunidad de seguir practicando su afición en la revista Leer que dirigía José Luis Gutiérrez. En dicha revista realizaba la caricatura de un personaje, importante en cualquier campo, del que se ofrecía una entrevista imaginaria.
Aclara David que sus caricaturas nunca pretenden ridiculizar a la persona que representan, no buscan un efecto grotesco ni provocar risas, sino que intentan ir más allá de una simple deformación.
Se trata de hacer reflexionar sobre la personalidad del caricaturizado y mostrar así una imagen más representativa de su personalidad que la que se puede obtener con un retrato.
Aquel gratificante trabajo en la revista Leer, despertó en David la necesidad de desarrollar un proyecto parecido.
Proyecto aparcado hasta hoy a consecuencia de sus múltiples encargos y colaboraciones en el mundo de la literatura infantil y juvenil, en el Correo Gallego y en otros campos de la ilustración.
Por lo tanto, podemos decir que el germen del libro titulado Caricaturas está en la citada revista. Aunque aquí la entrevista se condensa en una frase significativa, e inolvidable según consta en el título, de cada uno de los ciento dieciséis personajes, que destacan en los más variados ámbitos, y han sido elegidos por el autor para realizar su caricatura a gran tamaño y en color.
Son caricaturas que no se centran sólo en el rostro del representado, ya que en muchas de ellas la persona aparece al completo, sino que, junto a la frase inolvidable y significativa, se agregan ropajes, utensilios y objetos que le hayan sido o sean característicos.
Además, bastantes veces el ilustrador encuadra al personaje en ambientes que tienen relación con su historia y sus acciones.
Así tras la frase “Los grandes artistas copian, los genios roban”, aparece Pablo Picasso y sus pinceles, cabalgando sobre una de las figuras del Guernica.
“El problema de nuestra época consiste en que los hombres no quieren ser útiles, sino importantes”, advierte Winston Churchil, dibujado con su sempiterno puro y las bombas cayendo caen sobre la ciudad de Londres a su espalda.
“Habrá un día que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga Libertad”, es la esperanzadora frase-canción de José Antonio Labordeta, mochilero caminando entre nubes y montañas.
“Es feliz el que soñando, muere. Desgraciado el que muera sin soñar”, musita más que dice Rosalía de Castro, mientras sostiene un libro ya cerrado a la orilla del mar de su amada Galicia.
Son sólo cuatro ejemplos de los ciento dieciséis que encontramos en Caricaturas de David Pintor.
Caricaturas en las que es un placer detener la mirada un buen rato, por lo perfecto de su realización y el mensaje que cada una de ellas encierra.