Los incomprendidos, libro que hoy traigo a Opticks publicado en el año 2022 por la editorial Espasa, es la tercera obra que leo de Pedro Simón. La primera fue Los ingratos; la segunda, Los siguientes.
Aunque no se trate oficialmente de una trilogía, sí que en cada uno de estos títulos el escritor destaca una etapa importante en la vida de los seres humanos a través de sus principales protagonistas.
En Los ingratos destaca la infancia, en Los siguientes la ancianidad y en Los incomprendidos la adolescencia.
Aquí la adolescente es Inés, hija de Javier y Celia, una familia de clase media, ella médico y él dueño de una pequeña editorial, que se enfrentan a las dificultades que acarrea la convivencia con la “ascolescente”, así la llama tía Clara, hermana de Javier y único familiar que intenta ponerse en el lugar de la jovencita.
Los problemas en la convivencia familiar, agravados por la muerte de Roberto, el hijo menor a los 8 años, son narrados alternativamente por Javier, que transmite también el sufrimiento de Celia, y por Inés, que cuenta lo que ocurre desde su personal punto de vista.
En las reseñas de los libros anteriores apunté que Pedro Simón es un escritor de sentimientos, que pone de manifiesto una y otra vez al explicar el modo de ser y actuar de los protagonistas de las historias que crea.
En el caso de los tres miembros de esta familia sobresalen la culpa, la incomunicación, la soledad, el miedo, la rabia y el desamparo como negativos, y el amor, la paciencia y la constancia como positivos.
Son sentimientos universales que el autor hace suyos de un modo tan realista, que nos hace pensar que él ha vivido situaciones similares a las que describe, lo que contribuye a hacer más creíble e impactante el relato.
Sin embargo, y es el “pero” que encuentro en Los incomprendidos, la acumulación de casos es tan grande y tan variada, que terminas por no saber con cuál de ellos identificarte; así que la intensidad y profundidad de lo que se nos cuenta no siempre se mantiene.
Entiendo que vivimos en una sociedad muy variada y compleja, y que Pedro Simón, como periodista que es, pretenda presentar en su libro muchas de esas complejidades actuales.
Desde la adolescencia, partiendo de que “Somos esa generación errática que entonces dejaba el mejor sitio de la mesa para el padre y que ahora se lo deja al hijo”, para seguir con las diferencias de clase social (del piso de setenta y cinco metros en Carabanchel Alto al chalé de casi trescientos en Boadilla del monte), la muerte del hijo y el dolor consiguiente (un hijo muerto, un hijo ausente, un hijo pequeño que es aire, está mucho más presente que cuando está vivo. Es mucho más sólido. Más tangible. Se hace más ruidoso y corpóreo. Como si el vacío se pudiera atravesar con un cuchillo, abarcar con un abrazo, acariciar, tirar de una oreja en un cumpleaños, chocar esos cinco), el suicidio, la anorexia, las consultas al psicólogo y la consiguiente terapia, el cáncer, las enfermedades mentales, la ludopatía, las redes sociales, las drogas, la adopción, el abuso y maltrato infantil, etc.
Aun así, Los incomprendidos es un libro bien escrito con un hilo argumental bien desarrollado que, tal vez por la cantidad de situaciones problemáticas que describe, puede interesar a mucha gente y dar lugar a un animado diálogo.
Por mi parte, para terminar la reseña, hago mía una de esas situaciones e inicio el posible diálogo con una de las reflexiones de Javier, aquella en la que dice: “Ahora sé que vivir consiste sobre todo en adaptarse, en aferrarse a la vida, a pesar de que nunca caiga una sola gota de agua en tu erial o a pesar del iglú de la costumbre”.