LA BRUJA DEL OESTE SE HA MUERTO

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Mis amigos Pili y Luis, de la librería Plumier, me han regalado el libro que hoy traigo a Optiks. Se titula  La bruja del oeste se ha muerto, es una novela juvenil escrita por Kaho Nashiki, editada por Hermida Editores y traducida por Tana Oshima.

La bruja del oeste se ha muerto es una de las novelas juveniles más populares de Japón. Ha recibido los premios AWC New Talent Award, Shogakukan Children’s Publication Culture Award y Niimi Nankichi Children’s Literature Award.

Kaho Nashiki escribe tanto para niños como para adultos. De hecho, este libro, aunque tenga la consideración de “novela juvenil”, puede satisfacer a cualquier adulto lector porque está muy bien escrito y por el tema en sí.

La historia se inicia cuando Mai, una jovencita de 13 años, recibe la noticia de que su abuela, a la que ella conoce como “la bruja del oeste”, ya que, además de ser de Inglaterra, por lo tanto de Occidente, es una persona muy especial en bastantes aspectos, acaba de morir.

Durante el largo viaje que hace con su madre hasta llegar a casa de la abuela, Mai recuerda el mes que pasó con ella, en unos momentos en los que no quería ir al colegio y su asma se agravaba cuando pensaba en él. Sus padres accedieron a sus deseos considerándola, según opinaba su madre, una niña difícil. Ese tipo de niñas a las que le cuesta mucho esfuerzo la vida.

La abuela vivía en una casa en el campo, su marido había muerto hacía poco y el tema de la muerte fue uno de los muchos que trató con Mai. La muerte era algo que preocupaba a la jovencita, pero cuando preguntó a su padre sobre esa cuestión, la respuesta no la tranquilizó en absoluto. Los niños hacen eso. Ponen a prueba “cosas importantes” de esa manera, como si nada. Pero los adultos no se dan cuenta de que están siendo tanteados y tienden a responder de cualquier manera en vez de volcarse en cuerpo y alma en dar la respuesta adecuada, como deberían. Sin embargo, la abuela sí se daba cuenta.

Poco a poco, a través del ejemplo, la abuela va descubriendo a Mai los placeres sencillos del campo, la belleza y utilidad de muchas plantas, la satisfacción que se encuentra al enfrentar con éxito nuevas responsabilidades y la importancia de ser uno mismo, consciente del lugar que ocupamos en el universo.

Aunque las heridas del corazón no se curan fácilmente, estas labores humildes saben reconfortar, como los viejos amigos. Quizá no logren evitar que quede cicatriz, pero sí pueden al menos mitigar la, digamos, inflamación.

Resulta curioso el método que, según la abuela, ha de seguir Mai para convertirse en “bruja”, una de ésas que conocía los secretos de las plantas y los utilizaba para curar, pero también, a base de observación y escucha activa, tenía dotes para la adivinación en ciertos casos.

El contraste entre la vida del campo y la de la ciudad que llevan los padres de la niña, trabajando cada uno en un lugar y viéndose poco, no es del agrado de la abuela. No obstante, lo respeta, aunque piensa cuando Mai vuelve a la ciudad:

Mi hija, y la hija de mi hija, viven bajo este cielo, en un entorno que les es nuevo. No es fácil elegir un nuevo camino si no se logra un buen equilibrio entre el esfuerzo y la fortaleza mental. A veces no nos queda otra que continuar avanzando aun sabiendo que no hemos logrado ese equilibrio. El tiempo no se detiene, y en eso es implacable. Hay que seguir avanzando.

En resumen, La bruja del oeste se ha muerto es un hermoso libros que agradará por igual a personas de todas las edades y dará la oportunidad a padres, nietos y abuelos de mantener entre todos un diálogo muy instructivo e interesante.

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