El libro que hoy traigo a Optiks se titula Púa, su autor es Lorenzo Silva y está editado por Destino.
Aunque Lorenzo Silva afirme que Púa es una obra de ficción y no aparezcan nombres o alusiones a ello, conforme avanzas en su lectura, todo te hace pensar en la guerra sucia contra ETA que mantuvo allá por los años 80 la organización antiterrorista denominada GAL (Grupos antiterroristas de Liberación).
La novela, contada en primera persona, se inicia cuando Mazo, antiguo miembro de una organización antiterrorista que recibe el nombre de la Compañía, se pone en contacto con Púa, miembro de esa misma organización y compañero suyo en el pasado.
Mazo está a punto de morir en un hospital y desea que Púa aparte a su hija Vera, con la que no mantiene ningún contacto, de la vida equivocada y turbia que ha emprendido.
Púa regenta ahora en soledad y con gusto una librería de lance y la petición de su compañero, al que no ve desde hace muchos años, pero que por amistad, lealtad y otras razones que iremos descubriendo no puede desatender, le obliga a emprender de nuevo el camino al margen de la ley para el que fue entrenado y que no pensaba recorrer nunca más.
De ahí en adelante, en el libro aparecen dos historias temporales en paralelo: el presente, con las estrategias y recursos que moviliza Púa en aras de cumplir el mandato de su amigo; y el pasado, en el que va recordando y analizando su vida familiar, su amor por la lectura, los amigos, el servicio militar, los estudios y el cambio radical que supuso la muerte de su hermano pequeño, a consecuencia de la explosión de una bomba que los terroristas pusieron para matar a uno de sus objetivos. Una muerte que impulsó al que se conocerá como Púa a entrar en la Compañía.
A pesar de que en Púa la acción ocupa un lugar importante, destaca más la introspección, la reflexión continúa del protagonista sobre todo lo que hizo a raíz de la muerte de su hermano y con su entrada en la Compañía, cuando la moral, la ley y la justicia se dejan a un lado, las personas son sólo peones a usar o eliminar y se te imponen unas normas rígidas que hay que cumplir, en ocasiones desde la oscuridad más absoluta, olvidándose de la conciencia, en busca de un bien que se considera superior y que unos jefes, que corren pocos riesgos, dicen defender, aunque el destrozo físico y psicológico o la muerte misma quedan siempre para los subordinados.
De todas formas en Púa, como en el resto de los libros que he leído de Lorenzo Silva, queda siempre afortunadamente en los tiempos oscuros que vivimos un espacio para la esperanza.