Vuelvo a la biblioteca del pueblo al que me referí en la obra anterior, Cicatriz de Juan Gómez-Jurado, que me aconsejó la bibliotecaria.
Lo hago esta vez para asistir a la presentación del primer libro de una autora local.
El libro, dedicado al público juvenil, se titula Las brujas de Kingstone Bay y la autora es Isabel Latorre.
La presentación corre a cargo de la Sra. Alcaldesa que explica, con lógico orgullo, que éste es el quinto libro que se ha presentado en la biblioteca durante el año 2024.
Si atendemos a que el pueblo en cuestión tiene 2268 habitantes, hemos de aceptar que la Alcaldesa puede enorgullecerse con razón del interés por la literatura que muestran sus conciudadanos.
Isabel Latorre inicia la presentación de Las brujas de Kingstone Bay hablándonos de su admiración por los libros de Enid Blyton. De hecho, confiesa haber leído todos los que contienen las aventuras de Los cinco.
De ahí que, como aficionada a la literatura y en sus circunstancias actuales, es profesora de español en un colegio internacional en Inglaterra, le apeteciera publicar esta obra, de entre las muchas que guarda para publicar más adelante.
En Las brujas de Kingstone Bay, al igual que en las obras de Enid Blyton, los protagonistas son un grupo de amigos que se ven implicados en un misterio, cuya resolución les conduce a vivir diversas aventuras.
Este grupo, como ocurre en el colegio de Isabel, está integrado por chicos y chicas procedentes de distintos países. Hay dos españoles, Pedrito y Catalina (Cat), un inglés, Everett, y una holandesa, Ingrid.
Todos cursan Secundaria, los chicos octavo y las chicas sexto, junto a otros estudiantes, en un internado, el St. Margaret, cercano a Kingston Bay, pueblecito costero con un faro en el que se dice hay un fantasma.
Además del fantasma, en Kingston Bay atrae a los turistas la leyenda de unas brujas que provocaron en el pasado la muerte de un grupo de pescadores, impidiéndoles ver la luz del faro en una noche de tormenta.
El libro, muy bien escrito, se lee con agrado y facilidad, por lo que resulta muy aconsejable para chicos y chicas de primaria y de secundaria.
Se nota que Isabel conoce a la perfección el mundo juvenil y los intereses e inquietudes de los chicos y chicas de esa edad, así como el discurrir de la vida escolar y celebrativa en un centro similar al que ha elegido para situar su historia: normas, comidas, fiestas y hasta novatadas.
Se nota también que se ha documentado de un modo riguroso sobre las características y el ambiente que puede encontrarse en un pequeño pueblo de la costa inglesa y su entorno más próximo.
Todo lo anterior contribuye a que visualicemos sin dificultad lo que acontece en el relato y esperemos con gusto el desenlace.
