La lectura del libro que hoy traigo a Opticks supondrá un placer muy especial para los aficionados a la gastronomía japonesa. También lo ha supuesto para mí, que no me considero experta en ninguna clase de gastronomía.
Lo ha supuesto porque está muy bien escrito, y porque las seis historias que contiene poseen ternura y profundidad, de tal manera, que agradan y conmueven a la vez.
El libro se titula Los misterios de la taberna Kamogawa, su autor es Hisashi Kashiwai y lo edita la editorial Salamandra.
Los principales protagonistas de Los misterios de la taberna Kamogawa son una pareja de detectives, padre e hija, que regentan un restaurante en Kioto.
La taberna es una construcción anodina que no parece en absoluto un negocio en marcha. No tiene rótulo ni una cortina típica colgando en la entrada, en la que sí veremos a un gato, Hirune, que recibe a los visitantes, aunque no se le permite entrar en el local.
Los que llegan a éste han sido atraídos por el anuncio que el dueño, Nagare, publicó en una revista de su confianza. El anuncio dice: Taberna Kamogawa. Agencia de detectives Kamogawa, investigaciones gastronómicas; pero no incluye ni teléfono ni dirección que permitan encontrarlo, ya que Nagare opina que quienes están destinados a encontrarse, terminan haciéndolo y, del mismo modo, si están destinados a llegar aquí, acaban llegando.
Aquel que encuentra la taberna, destinado a encontrarla, lo hace buscando un plato que recuerda de su pasado, y no fue capaz de reproducir ni hallar en ninguna clase de restaurante.
Al entrar en la taberna, Nagare le ofrece siempre una selección de los platos que padre e hija preparan, presentados en una primorosa vajilla de porcelana y con un cuidado y una elegancia en la presentación que sorprende encontrar en un lugar de apariencia tan poco apreciable.
Aunque la presentación queda al margen, cuando el comensal empieza a probar y saborear los distintos manjares (la lista es exhaustiva para poder pedirla en un restaurante japonés). El placer por la exquisitez de los preparados resulta insuperable.
Al terminar de comer, Koishi, hija de Nagare, le hace pasar a su despacho e intenta averiguar todos los detalles que puede recordar del plato que desea: lugar, ocasión en el que lo probó, sabor, textura, color…, es decir, todo aquello que les pueda servir para reproducirlo.
Obtenidos los datos, el padre inicia la investigación que siempre tiene un desenlace feliz.
Una vez conseguidos los ingredientes y confeccionado el plato, en la conversación que Nagare y Koishi mantienen con la persona que lo pidió, descubrimos la historia de esa persona, las circunstancias que rodearon a ese plato, en qué consistió la investigación del cocinero y lo que supondrá para el futuro la consecución de ese manjar.
En resumen, Los misterios de la taberna Kamogawa de Hisashi Kashiwai, además de aconsejable, es un libro que podemos calificar de entretenido y delicioso en todos los aspectos.