RICCARDINO

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Como acabo de visitar Roma, la ciudad de los césares y de los Papas, inabarcable en sólo cinco días, he creído conveniente traer a Opticks la obra de un escritor relacionado con dicha ciudad.

He elegido a uno que murió en ella el año 2019. Se trata de Andrea Camilleri del que ya he hablado en esta página en varias ocasiones.

Explica el autor al final del libro de hoy, publicado por Salamandra y que considero muy especial por diversas cuestiones que aparecerán a continuación:

“Esta es la última novela protagonizada por el comisario Montalbano. La empecé el 1 de julio de 2004 y la he terminado el 30 de agosto de 2005. No voy a escribir ninguna más. Me da pena, pero a los ochenta años es inevitable poner fin a muchas cosas, demasiadas”.

“Escribí lo anterior hace casi doce años. En noviembre de 2016, con noventa y un años cumplidos, sorprendido de seguir vivo y con ganas de escribir, me ha parecido que sería buena idea retocar Riccardino”.

Por deseo de Andrea Camilleri Riccardino fue publicada póstumamente el 16 de julio de 2020. Para mí supone cerrar con broche de oro la saga de treinta y tres novelas que tienen como protagonista al inolvidable comisario siciliano.

En esta última investigación, Montalbano es despertado bruscamente de madrugada por alguien que se presenta como Riccardino y le recuerda que han quedado citados en el bar Aurora. Tras decirle al desconocido que llegaría enseguida, el comisario vuelve a dormirse; hasta que una nueva llamada, esta vez de la comisaria, le anuncia que han matado a una persona.

Esa persona es Riccardino, que ha sido asesinado por un motorista enmascarado junto al bar Aurora en presencia de sus tres amigos.

Se inicia así una investigación en la que intervienen desde una quiromántica clarividente hasta un obispo. Por medio, como siempre, los compañeros de Montalbano, el perspicaz Facio y el genial Catarella, con su brusca manera de entrar en el despacho del comisario y su peculiar forma de hablar; así como el inspector jefe, el forense, el constructor mafioso, el político corrupto y otra serie de personajes que conforman la sociedad de esa Vigata descrita magistralmente por Camilleri con el tono crítico e irónico que le caracteriza.

Pero lo que diferencia fundamentalmente a esta novela de las anteriores es, en principio, que aquí Montalbano está cansado. “La verdad verdadera es que hacía un tiempo que le faltaban las ganas. Después de tantos años de servicio, le había quedado claro que no había nadie con menos cerebro que quien creía que la solución a un problema pudiera ser un homicidio”.

A esto se une que hacía diez años se le había ocurrido contar a un escritor uno de sus casos del que aquel individuo hizo una novela. Después hubo más casos, más novelas y hasta una serie de televisión. Ahora todo el mundo lo reconocía y sabía quién era, pero sólo como personaje televisivo. Aquello era insoportable, parecía una situación sacada de una comedia de un autor de la zona, un tal Pirandello.

En este juego de personajes, el de la televisión, el del libro y el mismo autor, que interviene muchas veces dialogando con el comisario para inclinar la investigación hacía un lado o hacia otro, a imitación de su admirado Pirandello, reside el especial interés de Riccardino, una obra que considero muy recomendable por su excepcionalidad y contenido.

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