De nuevo traigo a Opticks un libro dedicado al público infantil y juvenil. Sus autoras son dos jóvenes mamás ibenses. Destaco lo de “mamás” porque, de alguna manera, sus hijos han influido e influyen en la creación de ambas.
El libro, editado por Degomagom, contiene dos historias premiadas en sucesivas convocatorias con el Premio de Cuentos Villa de Ibi en su categoría local.
Las historias se titulan El secreto a voces de Suso el Peluso y ¡Entra en la chistera!; su autora es la profesora Elvira Domenech López y está ilustrado por la diseñadora gráfica e ilustradora infantil María Rico Mira.
En la presentación del libro, Elvira Domenech explicó que el hecho de contar cuentos a sus hijos, junto a su gran afición a la lectura, había influido en la decisión de poner las historias que iba imaginando por escrito y presentar dos al concurso de cuentos. Son historias divertidas que revelan una fecunda imaginación y un especial sentido del humor. También intuimos al leerlas la profesión de la autora, porque hay en ellas un matiz pedagógico característico y una valiosa enseñanza moral.
El secreto a voces de Suso el Peluso está protagonizado por un niño, Suso, cuyas características físicas (su pelo cambia de color cuando escucha una palabra de la que desconoce el significado) determinan su comportamiento y el de las personas que le rodean.
En ¡Entra en la chistera! la protagonista es una niña, Berta, aficionada a la magia, que desea por encima de todo convertirse en maga, pero no en una maga cualquiera, sino en una maga célebre.
Las dos historias, narradas con un estilo ágil y fresco, agradarán a grandes y a pequeños por lo disparatado de algunas situaciones y la inventiva que reflejan las soluciones planteadas por la autora a los problemas y aspiraciones de los protagonistas de las mismas.
Por otro lado, Las ilustraciones de María Rico se adaptan por completo al contenido de las dos historias.
Los simpáticos rostros de Suso y de Berta, así como los de los personajes de su entorno próximo, tan estrambóticos en ocasiones, están dibujados con el acierto que corresponde a una ilustradora que lleva ya en su haber bastantes obras ilustradas con destino a los niños.
A lo anterior se une el colorido de las imágenes, el acierto en la distribución de los tonos de acuerdo con las distintas figuras y el trazado y las técnicas empleadas.
Todo lo que demuestra una atención minuciosa en los detalles del texto a la hora de elegir colores, trazado y técnicas para que las ilustraciones respondan por completo a lo narrado, como he indicado anteriormente, y contemplándolas, podamos sin dificultad evocar las dos historias, lo que nos permite deducir la maestría de la persona que ilustra.
En cuanto a la faceta de mamá, a la que aludí al principio, María Rico confiesa feliz que Telma, su bebé, es su mayor fuente de inspiración.