Hay libros cuya lectura provoca un malestar prolongado en el tiempo. Son libros bien escritos que tratan temas universales que te hacen pensar y plantearte interrogantes incómodos: ¿Qué habría hecho yo en su lugar? ¿Cómo hubiese reaccionado de sucederme algo así o de sucederle a alguien conocido? ¿Cómo reacciona la sociedad en esos casos? ¿Qué opinión me merecen las distintas posturas?
Preguntas y más preguntas provocadas por el contenido de un libro, podría calificarse de fábula, breve y desasosegante. Se trata de El quinto hijo, publicado por la editorial Punto de Lectura y escrito por Doris Lessing, autora inglesa que recibió el Premio Nobel en el año 2007.
El quinto hijo narra la historia de Harriet y David que viven en Londres a principios de los 60. Al margen de los cambios sociales que se estaban produciendo en ese tiempo, ambos eran personas conservadoras, a decir de los demás, timoratas, anticuadas y exigentes.
Su encuentro en una fiesta de empresa supone un enamoramiento instantáneo, el matrimonio posterior y la compra, en un pueblo cercano a la ciudad, de una casa grande y descuidada que se dedican a restaurar con entusiasmo para los muchos hijos que piensan tener, ya que la intención de los dos es formar una gran familia.
Pese a que en un principio los respectivos padres no aprueben la compra de una casa tan grande ni los proyectos de la pareja, poco a poco, con la ayuda económica del padre de David, el trabajo abnegado de la madre de Harriet y de ella misma, el matrimonio termina constituyendo un hogar feliz lleno de risas y expectativas de futuro. Tanto, que amigos y familiares de ambos acuden a la vivienda en Navidades, en vacaciones y siempre que disponen de tiempo para hacerlo.
Y Harriet y David se alborozaban de que ellos, con aquella obstinación suya que todos habían criticado y ridiculizado, hubieran conseguido aquel milagro: eran capaces de reunir a todas aquellas personas tan distintas y hacer que lo pasaran bien juntas.
Para la joven pareja, que ya ha tenido cuatro hijos: dos niños y dos niñas, todo va saliendo según los planes previstos.
Pero de un modo progresivo y pausado, con hechos en apariencia normales, Doris Lessing introduce en la narración elementos que nos avisan de que esa idílica situación va a cambiar.
Falta de dinero, cansancio, problemas de los hermanos de uno y otro, imposibilidad de encontrar personas que ayuden en una casa enorme con cuatro niños, etc.
El cambio se agudiza con el quinto embarazo de Harriet, no previsto y complicado desde el primer momento. La criatura reacciona en el vientre materno con gran violencia y le provoca un sufrimiento que repercute en su entorno y se intensifica con el nacimiento de un niño del todo diferente a sus hermanos.
De ahí en adelante la dureza de la narración se intensifica y se centra aún más intensamente en las actitudes, sentimientos y acciones de unos y de otros con la madre como principal protagonista.
En resumen, El quinto hijo de Doris Lessing es una obra intemporal, sencilla en su desarrollo y compleja en su contenido, que resultará muy adecuada para un interesante diálogo en grupo.