Entre las muchas y variadas noticias que aparecen en la prensa referidas a la invasión rusa de Ucrania he leído la entrevista que le hacen a Yuri Andrujovich, un periodista, traductor y escritor ucraniano del que sólo conozco la novela Doce anillos que en el año 2007 publicó la editorial Acantilado.
Doce anillos es una novela poliédrica por la exuberancia de su contenido, bastante complicado de resumir en una escueta reseña.
En ella hay añoranza por las propias raíces y búsqueda de las mismas que se manifiesta en la cuidada descripción del paisaje, sobre todo los Cárpatos ucranianos: vegetación, clima, tipos humanos, historia, costumbres, alimentos…; crítica ante una deriva no esperada de instituciones, gobernantes y personas comunes; ironía que llega hasta el sarcasmo al exponer ante el lector determinadas situaciones; mezcla de lo onírico y lo metafísico en bastantes pasajes y un escritor que, no conforme con comentar el libro a la vez que lo escribe, añade al final un apéndice que titula Orfeo crónico (Intento de autocomentario) en el que explica el proceso de creación de esta obra que tiene como protagonista principal, alrededor del que giran los distintos personajes, al poeta ucraniano de los años treinta Bogdan-Igor Antonich.
“El invierno del 95 al 96 lo pasé junto a Antónich. Me da vergüenza reconocerlo, pero estaba escribiendo la tesis doctoral sobre él”.
Amigo solitario, como el cinturón de la noche
Estás ceñido al misterio del universo.
Acompáñame esta tarde de primavera
A beber a la taberna de la luna.
BOGDAN-IGOR ANTÓNICH
Con este poema inicia Andrujovich Doce anillos. El primer personaje que aparece es el fotógrafo austriaco de ascendencia ucraniana Karl-Josef Zummbrunnen que insiste en viajar una y otra vez a Ucrania sin que sus amigos entiendan el porqué. Quizá la explicación la da el autor al elegir el apellido Zummbrunnen que en alemán quiere decir “hacia las fuentes” (en la novela abundan este tipo de juegos entre semánticos y literarios).
Tras la interesante visión del país y los cambios experimentados que detalla el fotógrafo austriaco, al que no importan los peligros y las pruebas que acechan los caminos de un extranjero, porque “no hay nada más dulce que la sensación de integrarse al Otro”, entra en escena una mujer que le servirá de traductora y se convertirá en su amante, Roma Vorónych.
En los capítulos siguientes y mediante el diálogo con el lector al que me he referido antes, Yury Andrujovich hace participar a estos dos personajes y a seis más en el “Programa humanitario de los héroes de los negocios a los héroes de la cultura”.
Por lo tanto, junto a ellos encontramos a Artur Pepa, literato de Lviv y esposo de Roma; Kolia, joven de18 años hija de Roma e hijastra de Pepa; Lilia y Marlena, dos jóvenes actrices que han de hacer un videoclip con Yarema, Yaromir, Yarchyk, el Mago, realizador de videoclips y de programas de televisión; y, finalmente, el profesor Doctor, conocedor y estudioso de Antónich.
Los ocho se reúnen en el balneario <Taberna “En la Luna”> situado en el pastizal de Dzindzul en la zona de los Cárpatos que hace frontera con Transilvania.
El análisis de todos los personajes, desde su aspecto físico a sus ocupaciones e intereses, así como las diferentes funciones que ha desempeñado el balneario a lo largo del tiempo, merecerían un análisis más detallado por la profunda, inteligente e irónica crítica con la que está realizado y expuesto.
De ahí en adelante asistiremos al desarrollo de la vida en el balneario y a las relaciones que se establecen entre las personas que lo ocupan, en las que intervienen de forma notable Antónich y sus anillos de la primavera, el mundo onírico de Artur Pepa y Kolia y el metafísico de Karl-Yosef Zummbrunnen, hasta llegar al desenlace de una obra original y extraordinaria por su contenido y la manera que tiene el autor de presentarlo.
Un contenido que, según Yuri Andrujovich, nació de una sensación mística, la sensación de una presencia, en este caso de Antónich, de Vitaly, que explicará con detalle en el apéndice apoyándose en el mito de Orfeo.