En el año 2018, a raíz de que le concedieran el Premio Princesa de Asturias de la Letras, empecé a leer las novelas policiacas escritas por Fred Vargas. Debo decir que ese género me ha permitido siempre, y aún permite, alcanzar una placentera evasión.
Así que durante el mes de agosto, cuando el calor y las noticias de los periódicos alteraban el ánimo, solía sumergirme en alguna de las complicadas tramas que desarrollan las novelas de dicha autora, a la que, por otro lado, he citado en las páginas de Opticks muchas veces.
Fréderique Audoin-Rouzeau, que escribe bajo el seudónimo de Fred Vargas, nació en París, es arqueóloga e historiadora de formación, con especial interés en la Edad Media.
En un principio cultivo el ensayo y el trabajo científico. Su dedicación a la novela policiaca supuso, según afirmó en una de las pocas entrevistas concedidas, un divertido pasatiempo.
Un pasatiempo que inició en 1986 y que, por el número de premios obtenidos desde entonces, le ha resultado muy rentable.
La mayor parte de las novelas escritas por Fred Vargas están protagonizadas por el comisario Adamsberg y sus compañeros de la Brigada Criminal en una comisaría de París. Todos ellos son personas singulares con características físicas y psicológicas muy significativas, que la autora hace destacar de manera inteligente en la resolución de cada caso.
Unos casos que incluyen siempre aspectos vinculados a la Historia, la Arqueología o ambas materias; por lo que cualquiera de estos libros permite aprender o repasar conocimientos antaño estudiados.
También la siguiente autora que, al contrario de Fred Vargas, era desconocida para mí hasta este verano, escribe bajo seudónimo. Se trata de María Verbena Volpi y el seudónimo que ha elegido es Ben Pastor.
Ben Pastor nació en Italia. Al igual que Fred Vargas estudió Arqueología, especializándose en Arte. En la actualidad vive en Estados Unidos (tiene doble nacionalidad), ejerce como arqueóloga y da clase en diversas universidades.
Su llegada al género policiaco se produjo en el año 2000 con una primera novela titulada Lumen, cuya originalidad reside en que el protagonista es un aristocrático oficial alemán, Martín Bora, que investiga crímenes ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial. El hecho de que los crímenes a investigar se produzcan en tiempos de guerra confiere a las novelas de Ben Pastor un particular dramatismo.
De Ben Pastor sólo he leído El camino a Ítaca. Aquí la investigación de Martín Bora, en vísperas de la inminente invasión de Rusia por el ejército alemán, se desarrolla en la isla de Creta. Lo que permite a la autora hacer un recorrido por la mitología griega hablándonos de Ulises, de Aquiles, del Minotauro, de Ariadna… Total, una gozada para aquellos que gusten de estos temas.
Al mismo tiempo, resulta curioso e interesante analizar episodios conocidos de la Segunda Guerra Mundial como si estuviesen ocurriendo hoy en día y desde la perspectiva de un oficial alemán fiel a su país pero que desconfía de Hitler.
Algo muy positivo en ambas escritoras es que, además de la formación académica vinculada a la Arqueología y a la Historia que poseen y demuestran en sus libros, se documentan muy bien sobre las cuestiones que tratan en relación con la geografía, la medicina, la psicología, la química, la criminología, el derecho, la mineralogía, etc.