SIMÓN

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En ocasiones, cuando acabas de leer un libro, te planteas en qué género podrías encuadrarlo o de qué manera iniciar un comentario que despertarse el interés del posible lector. Eso me ha sucedido con Simón, novela escrita por Miqui Otero y premio El ojo crítico de narrativa 2020.
Al final he decidido considerarla como una novela de aprendizaje, ya que los personajes principales, y no tan principales, parecen vivir en una eterna adolescencia que les hace ir de un lado a otro acompañados en todo momento por las reflexiones del escritor barcelonés.
Los hechos narrados en la novela se agrupan en tres capítulos, denominados por el autor “Libros”, que llevan títulos alusivos a cambios experimentados en la vida de los personajes. Así el Libro I es La noche de las Azoteas, el II, Cuando doblas las esquinas y el III, Nadie vigila el fuego. A su vez, cada Libro recoge siete años de forma alternativa. Por ejemplo, el Libro I abarca el Verano de 1992, el Otoño de 1994, el Invierno de1996 y la Primavera de 1998. De este modo, el reparto entre Libros y estaciones se inicia en el Verano de 1992 y termina en la Primavera de 2018.
Explico lo anterior porque Miqui Otero se refiere en su obra a muchos de los acontecimientos deportivos, económicos, políticos y sociales que acontecen durante esos años, desde las Olimpiadas de 1992 hasta el referéndum independentista de 2017, pasando por el auge de los cocineros famosos y sus creaciones, la especulación inmobiliaria, la crisis económica de 2008 y sus consecuencias, etc.
El lugar en el que se desarrolla la historia es un barrio cercano al Ensanche de Barcelona. Allí, dos parejas de gallegos (dos hermanos casados con dos hermanas), regentan un bar, el Baraja, y viven en los pisos construidos sobre él. Cada una de las parejas ha tenido un hijo con diez años de diferencia. Simón, el pequeño, cumplió ocho años al empezar el libro y, desde que se acuerda, ha admirado a Ricardo (Rico), su primo mayor, un juerguista de imaginación desbordante que lo cuida, le cuenta cuentos y esconde los domingos para que él las encuentre novelas de segunda mano que hablan de espadachines y de hazañas heroicas.
“Este juego, que Rico bautizó como los Libros Libres, era la promesa de un juego que ya no habría de acabar: el juego de vivir según las fantasías de profesionales de las vidas posibles, grumetes, músicos y sobre todo espadachines”.
En el barrio vive también Estela, una niña de la edad de Simón con la que compartirá el acoso y las burlas que padecen en el colegio, las confidencias, el juego de billar, en el que serán expertos, y la búsqueda de Rico cuando éste desaparece sin dejar rastro.
“Estela y Simón ya no sabían si dejarse ver juntos en el patio los blindaba o alentaba más burlas. A veces dos se hacen más fuertes. Otras, si se agarran a una misma cuerda, la rompen y caen”.
Al tratarse de un bar y englobar la novela tantos años, aparecen múltiples circunstancias y personajes cuyas características permiten al autor realizar una crítica social determinada. Junto a los parroquianos habituales: “El cínico, el celoso, el desordenado, el virtuoso, el pedante. El resabiado, que ya lo sabe todo, sobre todo cuando no tiene ni idea. El que ama la vida, todas menos la suya”, presentados con cierta condescendencia, están los despreciables. Entre ellos, el cocinero estrella y drogadicto de un restaurante de postín que trata de un modo vejatorio a los aprendices o el padre de una joven de la alta sociedad que desprecia a los de abajo, descendiendo, como bastantes más miembros de las familias de su grupo social, de antiguos traficantes de esclavos.
Simón, publicada por la editorial Blackie Books S.L.U., tiene cuatrocientas cuarenta y siete páginas, abarca desde 1992 a 2018. Eso quiere decir que al final del relato Simón y Estela tendrán dieciocho años y Rico veintiocho; de ahí la definición de novela de aprendizaje, porque estos jóvenes y algunos más que protagonizan la narración, van madurando con cada suceso que les afecta.
Una evolución madurativa que, como indico al principio y puede verse en los fragmentos de la novela que he copiado, Miqui Otero acompaña de reflexiones que permiten conocer en profundidad los elementos de todo el proceso.

 

 

 

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