Empiezo el año 2019 con una novela perteneciente al género negro que me ha parecido interesante por las razones que después explicaré. Se trata de La bruja, su autora, nacida en Suecia, es Camilla Läckberg.
La bruja es el último exponente de una serie que Camilla Läckberg inició en el año 2004 con La princesa de hielo, primera novela que publicaba y cuyo éxito la impulsó a continuar escribiendo libros con los mismos protagonistas principales, el policía Patrik Hedström y la escritora Erika Falcky, a los que fue poco a poco añadiendo familiares de ambos y nuevos personajes, muchos de ellos vecinos de Fjällbacka, lugar de nacimiento de la autora y en el que se desarrollan las historias que cuenta, que hasta ahora han comenzado con un crimen y su posterior investigación.
Por lo general, la ya famosa escritora sueca alterna en el transcurso de la investigación del o de los asesinatos, el tiempo actual con alguna época del pasado que guarda relación con las víctimas, los asesinos o todos en general, lo que le permite ampliar el campo del relato, profundizar en la psicología de los distintos personajes y hasta despistar al lector con datos contradictorios, encontrados en muchas ocasiones por Erika mientras busca materiales para confeccionar sus propios libros.
Una característica que creo importante destacar de Camilla Läckberg es la habilidad que muestra en la creación de ambientes; algo que notamos de manera acusada en La bruja, hasta el punto de que hay momentos en los que la lectura de determinados pasajes resulta opresiva y, por tanto, incómoda.
He apuntado antes que La bruja es el último exponente de la saga que Camilla Läckberg inició en el año 2004 con La princesa de hielo, saga que ha ido aumentando año tras año atrayendo sobre ella numerosos elogios y convirtiéndola en la autora más leída de Suecia.
Quizá por todo esto y por el largo camino recorrido, Camilla Läckberg alterna en La bruja no dos historias sino tres coordinadas de forma inteligente: la desaparición de Linnea, una niña de 4 años que vive con sus padres en una granja a las afueras de Fjällbacka; el asesinato de Stella, otra niña de la misma edad a la que se encontró muerta hace treinta años en esa granja propiedad de su familia; y unos terribles sucesos acaecidos en la zona en el año 1672, con acusaciones de brujería de por medio, que impresionan bastante por la ausencia de humanidad de casi todos los actores.
La novela, la más extensa de la serie, 679 páginas, recoge en su argumento conflictos sociales de actualidad, como la inmigración, en este caso de sirios en Suecia; el bullyng o la homosexualidad. Todo ello, unido a un argumento con multitud de variables por las características psicológicas y sociales de las personas que aparecen, los traumas que arrastran y lo inesperado del desenlace, convierten a La bruja en una novela muy recomendable para cuya lectura no importa demasiado no haber leído ninguna otra de la citada serie.