Amos Oz

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Por Mª José Alés

 

Cuántas veces me he referido en Opticks a los hechos y a las palabras del escritor israelí Amos Oz.

Cuántas veces hablé, cuántas hablo y cuántas voy a seguir hablando aquí, en cualquier lugar, en mi grupo de amigos y hasta conmigo misma, cuando no entiendo las posturas de otros y pienso en todo lo que él dijo sobre el nacionalismo, sólo existe un estado plurinacional que funcione y es Suiza. El resto que lo fueron: Yugoslavia, la URSS terminaron deshaciéndose en una guerra; sobre la agresividad, madre de la violencia; sobre el fanatismo, una fuerza ciega, la plaga más perversa de los siglos XX y XXI; sobre la relación entre israelíes y palestinos, para los que siempre reivindicó un Estado propio, el odio no puede tener la última palabra. Es imposible borrar el pasado, pero lo que caracteriza al ser humano es su capacidad de decidir, de construir un futuro diferente.

Se nos ha muerto un luchador por la paz, no un pacifista porque la paz supone un compromiso. Por esa razón promovió junto a varios amigos el movimiento Paz Ahora, confiando en que llegará el momento en el que el perdón y la reconciliación entre palestinos e israelíes echarán raíces, por la sencilla razón de que no existe ninguna otra salida.

Se nos ha muerto Amos Oz, universalista y humanista. Además un gran escritor. Deseaba que se le recordara por sus libros y así será, ya que sus libros son verdaderos prodigios en el descubrimiento del ser humano tal cual es con su vulnerabilidad y su grandeza.

Obras como La caja negra, El mismo mar, Una pantera en el sótano, Judas, Contra el fanatismo y, sobre todo, Una historia de amor y oscuridad, esa especie de biografía histórica y sentimental del escritor que, aun leyéndola muchas veces, nunca se acaba de descubrir las riquezas que albergan sus páginas.

El viernes, 28 de diciembre, se nos murió Amos Oz en su casa de Jerusalén, ciudad en la que había nacido en 1939, cuando los británicos gobernaban Palestina.

Según su hija Fania, murió rodeado del amor de su familia y me atrevo a decir que rodeado del amor de aquellos que, de alguna manera, le quisimos por su autenticidad en la defensa de unos principios que a todas las personas de buena voluntad debieran concernir, por la maestría con la que reflejó esos principios en sus libros y porque hasta su muerte conservó la esperanza de que llegará en día en que alguien sensato será capaz de de ayudar a las gentes a convivir en paz, conscientes de que tanto el dolor como el amor, la esperanza, la alegría o cualquier clase de sentimiento que podamos experimentar no nos hacen diferentes sino que nos igualan.

Ojalá ese mensaje de fraternidad y paz se imponga poco a poco en el año que pronto comienza.

 

Publicación : 30 de diciembre de 2018

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