De nuevo traigo a Opticks un libro que ha dado origen a una película, en este caso no la he visto yo, sino mi amiga Mila, pero lo que me contó sobre ella hizo que buscase la obra en que se basaba el guión.
Se trata de Tren nocturno a Lisboa, su autor es Pascal Mercier, doctor en Filosofía y Filología Inglesa y Clásica. Este escritor, nacido en Berna, ha publicado sobre todo textos filosóficos, así que no resulta extraño que en Tren nocturno a Lisboa abunden también esa clase de textos.
El protagonista de la novela es Raimund Gregorius, un profesor de lenguas clásicas divorciado de 57 años que posee una extraordinaria formación en las materias que imparte. Una mañana lluviosa, al dirigirse a clase pasando cerca de un puente, advierte que una joven parece estar a punto de arrojarse desde él. Su intervención frustra el intento de la chica que resulta ser portuguesa. Ese encuentro y las circunstancias que lo acompañan modifican de manera instantánea las percepciones que el profesor tiene sobre su propia vida. Modificaciones que se ven apoyadas por las reflexiones de un médico portugués llamado Amadeu Prado que encuentra escritas en un pequeño volumen, descubierto en la librería que visita al abandonar el trabajo, y que le impulsan a viajar a Lisboa e investigar la vida de ese desconocido médico.
Pascal Mercier introduce a lo largo de toda la novela dichas reflexiones, que Amadeu incorpora a la evocación que va realizando de los pasajes más significativos de su acontecer diario como hijo, estudiante, amigo, esposo, profesional de la medicina, etc. Conocemos así a un niño muy inteligente y perfeccionista que disecciona todo lo que le ocurre, convertido más tarde en un adulto que se hace preguntas: ¿Existe algún secreto bajo la superficie de las acciones humanas? ¿O son los hombres tal y como muestran las acciones que salen a la luz? De las historias que los demás cuentan acerca de uno, y las historias que uno cuenta sobre sí mismo: ¿cuáles de ellas se acercan más a la verdad?
Un adulto que busca explicaciones de cuanto le sucede o sucede en su entorno: Es un error creer que los momentos decisivos de una vida, en los que un rumbo acostumbrado cambia para siempre, tendrían que ser de un dramatismo escandaloso y estridente, socavados por violentos arrebatos interiores… Cuando la experiencia que determinará el cambio despliega su efecto revolucionario y se ocupa de que una vida sea vista bajo una luz nueva… lo hace de un modo silencioso, y en ese maravilloso silencio radica su nobleza particular.
En Lisboa, Gregorius consigue adentrarse en lo que fue la existencia de Amadeu Prado a través de sus hermanas, sus amigos y algunas personas más que convivieron con él. Descubre que vivió bajo la dictadura de Salazar, que su padre era juez, que salvo la vida de uno de los máximos represores y trabajo para la resistencia.
Conforme avanza en la investigación y se relaciona con los que conocieron al médico y otros interesantes lisboetas, cuyas historias tienen todas un halo fatalista de expectativas y deseos no cumplidos, Gregorius va repasando lo que hasta el viaje a Lisboa fue su vida, a la luz de las reflexiones que aparecen en el libro hallado en Berna, de algunos pasajes bíblicos y del Libro del Desasosiego de Fernando Pessoa.
Si una persona quisiera saber realmente quién es, tendría que ser un infatigable y fanático coleccionista de desilusiones… Cuando hemos entendido que en todo esfuerzo existe un mero golpe de suerte… Cuando hemos comprendido que en toda obra y vivencia somos arenas movedizas ante nosotros mismos y para nosotros mismos, ¿qué sucede entonces con todas las sensaciones familiares y alabadas como el orgullo, el arrepentimiento y la vergüenza?
En resumen, Tren nocturno a Lisboa de Pascal Mercier es una obra extensa, 525 páginas, difícil de resumir en pocas líneas por la densidad y complejidad de su contenido, que exige una lectura reflexiva y lenta, y que deja al lector, o a la lectora, con bastantes más preguntas que respuestas.