En el año 2012 Chiisakobee comenzó a publicarse en la revista Big Comic Spirits. Ahora, tres años más tarde ha llegado su final. En Angoulême hemos podido disfrutar del primero de cuatro volúmenes de su particular visión de la novela histórica de Shûgorô Yamamoto. En España la encargada de su publicación es ECC Ediciones. Hablamos con el dibujante japonés no sin ciertas dificultades, las que sortea el dibujo y que plantean las barreras del idioma.
¿Qué se siente al tener tu libro entre las manos después de ir viendo como crecía la historia durante años en Big Comic Spirits?
Cuando tuve en las manos el último tomo de Chiisakobe me dio pena que todo esto se acabara porque me había encariñado mucho con los personajes. Aunque la trama de la novela terminaba en ese punto me hubiera gustado continuar por mí mismo la historia.
¿Cómo ha sido el proceso? ¿Chiisakobee se fue publicando a medida que ibas trabajando en el cómic o primero finalizaste todo el trabajo y después se fue publicando poco a poco en la revista?
Yo quería adaptar una novela. Me reuní con mi editor y le llevé una lista con los temas que me interesaban: la tradición japonesa, la familia, los trabajos artesanales y los sentimientos. Mi editor me habló de Chiisakobe, leí la novela y vi que era exactamente lo que andaba buscando. Se empezó a publicar cuando iba por la tercera entrega.
¿Cuáles son tus sensaciones cuando ves que tu trabajo tiene éxito en otros países? Ésta es una historia que ocurre en Japón, pero como todas las grandes historias, también es una historia universal.
La obra de Shugoro Yamamoto tiene un carácter universal: cualquier generación de cualquier nacionalidad la puede entender. Es algo de lo que estaba seguro desde el principio y que los hechos han venido a confirmar.
Decides trasladar a nuestros tiempos una obra imaginada en el periodo Edo ¿Qué conflictos te han surgido a la hora de elaborar los personajes?
Empecé a dibujar ambientando la historia en el Período Edo pero, para los japoneses, esa época tiene mucho de legendaria y fantástica. Por eso, para que el lector sintiera la historia más creíble, la adapté a la época contemporánea.
Sigueji, el protagonista de la novela de Shugoro Yamamoto, resultaba demasiado heroico en la novela original, yo lo he suavizado un poco, lo he hecho más sensible y le he puesto barba. Añadí una escena en que le hago callejear; esa escena me sirve para mostrarlo como un personaje con mayor madurez, en busca de su identidad.
Desde el comienzo me puse como objetivo darle mucha importancia a los detalles: sólo prestándole atención a las pequeñas cosas se consigue que los personajes parezcan vivos y sean creíbles. Por ejemplo, la ropa que se han puesto aparece doblada en algún lugar de la habitación o sabemos a qué hora se han levantado y qué han desayunado. Estos detalles no son importantes para la historia, pero es a través de ellos que sabemos qué piensan y cómo viven los personajes.
Este cómic es una adaptación de la novela del escritor japonés Shûgorô Yamamoto. Después apareció también una película, una obra de teatro, una serie de televisión… ¿Cómo ha influido todo este material en tu obra?
Hasta el día de hoy no he visto ninguna de las otras adaptaciones de Chiisakobe; ni serie de televisión, ni teatro, ni película.
Es muy atractiva y visualmente potente tu manera de presentar las viñetas, de ordenar las páginas. ¿Cómo ha sido el proceso creativo de Chiisakobee?, ¿Hubo un storyboard, utilizas material fotográfico para definir conceptos?
Por decirlo en un lenguaje cinematográfico, le dedico muchas horas a la postproducción. Arreglo las páginas y la disposición de las biñetas en las dobles caras pensando en el ritmo de lectura y las pausas que va a encontrar el lector antes de la siguiente escena.
El dibujo en mi obra anterior era más detallado y ahora he querido hacer algo más limpio. En este sentido, he depurado el dibujo de esas líneas que se usan en manga de forma convencional para transmitir velocidad o sorpresa y que realmente no hacen falta. Creo que si no se usan estos recursos el dibujo se hace más impactante y claro.
He meditado mucho el dibujo la composición de cada una de las biñetas y la densidad de elementos visuales.
Angouleme ha seleccionado tu trabajo en su sección oficial de 2016. ¿Cómo ha sido la experiencia con el público francés y europeo?
Estoy muy contento, se formó una cola realmente larga para que les dedicara el libro. Durante este viaje a Europa he sentido mucho el calor de la gente y mi compromiso con mi trabajo y mis lectores se ha visto muy fortalecido.
Esta es una historia que habla sobre voluntad y humanidad. ¿Sólo puede pensarse en historias así en la ficción o te has tropezado con algún Shigeji o alguna Ritsu en la vida real?
He dibujado esta obra pensando que, a lo mejor, el secreto de la felicidad es vivir de forma intensa cada día, con humildad, no dar muchas explicaciones y, sobre todo, no darle importancia a cosas que no la tienen. Durante este trabajo también me ha acompañado el pensamiento de que revalorizar el día a día es importante para encontrar la felicidad
Lee aquí el reportaje completo sobre la 43 edición del festival de Angoulême
Por Octavio Ferrero
Traducción M. Uchida y P. Albero
Publicación : 19 de septiembre de 2016