Por Mario Mira Torró
El pasado mes de febrero, del 24 al 28, organizada por IFEMA en sus instalaciones feriales de Madrid (España), se celebró un año más la Feria de Arte Contemporáneo conocida por su acrónimo ARCO.
Al conmemorar este año su 35 Aniversario, Arco ha recordado su pasado mirando hacia el futuro con una selección de galerías bajo la responsabilidad de los comisarios María del Corral, Catalina Lozano y Aaron Moulton.
Un total de 35 galerías de diferentes países invitadas a participar en la sección Imaginando Otros Futuros con proyectos de dos artistas por stand. De este modo se ha establecido un diálogo entre artistas que han explicado su paso por ARCOmadrid con otros que han señalado la manera en que imaginan sus propios futuros.
Paseando por la Feria pudimos observar y admirar algunas de las obras de creadores y artistas mundiales de nuestra época, donde la interpretación, el punto de vista y la subjetividad de cada cual se unían para crear conceptos innovadores, utilizando diferentes expresiones y técnicas, en una sección que representa un foro de los últimos 35 años del arte contemporáneo internacional y provee una proyección del arte de las próximas décadas.
Junto al programa especial conmemorativo, ARCOmadrid ha vuelto a contar con su eje principal, el Programa General, formado por las galerías seleccionadas por el Comité Organizador, que apuesta siempre por la presentación de proyectos de artistas individuales con la intención de descubrir nuevos talentos.
Metacrilato, lana, acrílico, óleo, resina, metales, espuma, neón y cartón son algunos de los materiales que los autores han utilizado para llevar a cabo sus creaciones.
También han estado muy presentes referencias a situaciones sociales y políticas actuales: el capitalismo, los refugiados, el machismo, la sobrevaloración artística, el estrés o la convivencia entre culturas, temas más recurridos, bien para criticarlos o bien para dejar constancia de ellos.
La investigación en torno al arte latinoamericano se ha renovado este año en la sección Solo Projects con un equipo de comisarios dirigido por Irene Hofmann y Lucía Sanromán, que han seleccionado proyectos artísticos con objeto de establecer comunicación a través de ellos con los profesionales y coleccionistas más interesados en la creación del continente.
Así mismo Opening volvió a representar en ARCOmadrid a las galerías más jóvenes seleccionadas por Juan Canela y Chris Sharp, lo que posibilitó que coleccionistas y visitantes ahondaran en creaciones especiales que pretenden explicar el mundo en que vivimos.
ARCO ha logrado plasmar cómo el arte y la cultura en general, evolucionan adaptándose a todo tipo de novedades y herramientas, realizando un trabajo coetáneo, acorde y armónico a nuestra época: Impresiones 3D, hologramas, o sensores de movimientos fueron los protagonistas en algunas obras que representan dicha evolución.
Al estar la libertad de expresión y de opinión muy presentes en el arte contemporáneo, podemos afirmar que éste se ha convertido en una especie de catalizador, en un vehículo de comunicación y de manifestación de los movimientos sociales, del credo político o de la cultura estética que resume y expone toda su expresión en un concepto.
Y es ahí donde, para los defensores de ARCO, se encuentra la belleza del arte contemporáneo: en la síntesis de dicho concepto, en la expresión de una idea de forma original e innovadora y en la demostración artística de la misma al alcance de todos los que visitan la Feria.
Sin embargo, no debemos obviar las críticas que la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid atrae sobre sí desde hace años. Una de estas críticas es que prevalezca en ella el comercio por encima de la creación artística. Un comercio controlado por determinadas galerías que desean, sobre todo, vender y atraer con sus muestras, siempre escogidas, a coleccionistas de todas las naciones.
Otra crítica es la acumulación de obras que han de observarse en pocos días. Está claro que vivimos en la época de las prisas y de lo inmediato, pero el arte necesita tiempo.
Tampoco ese necesario tiempo se aprecia en la banalidad que exhiben bastantes de las obras expuestas. Una banalidad que, en ocasiones, es lo que más destacan determinados medios de comunicación y lo único que permanece en la mente de visitantes poco formados en disciplinas artísticas. Aquí hay que tener en cuenta que las diferentes leyes de educación de nuestro país dejan bastante que desear respecto a dichas disciplinas.
De todas formas, dejando a un lado todas estas críticas y quedándose sólo en la superficialidad y el espectáculo, escapar hacia otras realidades donde no existen normas definidas ni dogmas consolidados, puede llegar a ser una experiencia única e inigualable para aquellos que visitan ARCO.
Publicación : 31 de marzo de 2016