A poco de empezar a leer el libro titulado Ejercicios respiratorios, por el que la escritora norteamericana Anne Tyler obtuvo en 1988 el Premio Pulitzer, pensé en Alice Munro, Premio Nobel de Literatura 2013, y en su manera de describir lo cotidiano, de tal modo que convierte al lector en espectador de lo narrado.
Ejercicios respiratorios es una novela de 441 páginas, pero la sensación, hasta incómoda a veces, de presenciar lo que en ella se cuenta, resulta similar a la que se experimenta con bastantes relatos de la Premio Nobel canadiense.
También aquí, como en muchos de esos relatos, la protagonista es una familia. En especial la madre, Maggie, una mujer sencilla, impulsiva, generosa e imaginativa que intenta que la realidad de su casa sea como ella cree debiera ser, aunque para lograrlo tenga que inventar o forzar situaciones destinadas a limar aristas, con las que rara vez consigue sus propósitos.
El padre, Ira, mucho más realista, acepta resignado a su querida, impredecible y atolondrada mujer; así como un trabajo rutinario, una vida anodina, un hijo del que espera poco, una hija perfeccionista al límite y unos parientes que precisan ayuda.
La historia que nos cuenta Anne Tyler en Ejercicios respiratorios se inicia con los preparativos del viaje que Maggie e Ira emprenden para asistir al funeral del marido de una antigua amiga.
Lo que sucede desde que salen de casa hasta que vuelven nos descubre a personas corrientes con defectos y virtudes, errores y contradicciones, sin nada heroico ni tampoco hiriente o repulsivo. Todo entra dentro de la normalidad, teniendo en cuenta los protagonistas de cada uno de los hechos. Incluso el funeral está de acuerdo con la personalidad de la viuda.
El relato no se desarrolla de un modo lineal, a lo largo del mismo Maggie va recordando acontecimientos anteriores y reflexiona sobre ello mostrándonos así los rasgos de su carácter.
El título Ejercicios respiratorios se refiere a aquellos ejercicios que las mujeres suelen aprender cuando asisten a las sesiones de preparación al parto, (ejercicios que se han de repetir con relativa frecuencia para mantener el control aunque no haya un parto de por medio). Tal vez por eso en la novela destacan sobre todo los personajes femeninos, analizados de forma magistral y con los que resulta fácil solidarizarse, porque sus sentimientos y reacciones, hablo como mujer, nos son cercanos y conocidos.
Sin embargo Anne Tyler escribe tan bien, presenta la realidad de una manera tan acertada, que cualquier lector, sin importar su sexo, disfrutará en compañía de un pequeño grupo de seres humanos corrientes que le harán reír, emocionarse y contemplar, a la luz de lo que va leyendo, cómo transcurre su propia vida.