Las obras que hoy traigo a Opticks son distintas en muchos aspectos. La primera, publicada en Argentina el año 1975, se titula Cuentos del Ártico y su autor es el escritor norteamericano Jack London. La segunda, Retrato en sepia, se publicó en España el año 2002 y su autora es la escritora chilena Isabel Allende.
El hecho de hablar sobre ambas obras a la vez es porque de Isabel Allende sólo he leído La casa de los espíritus y de Jack London, Colmillo blanco.
La casa de los espíritus me gustó tanto que pensé que cualquier obra posterior de esta escritora, una vez famosa, me decepcionaría. Colmillo blanco fue un libro de adolescencia, así que sobran comentarios.
Retrato en sepia es una novela en parte histórica y en parte biográfica que se desarrolla en Estados Unidos y en Chile de 1862 a 1910. Narrada en primera persona por una de sus protagonistas, Aurora del Valle, cuenta con los elementos necesarios para llegar a un elevado número de lectores: amor, violencia, intriga, ambientes suntuosos, acción, etc., lo que, unido a la forma de escribir de Isabel Allende y a los temas que toca en sus escritos, la convierten en un éxito de ventas seguro.
Aurora del Valle nace en San Francisco. Su madre muere al dar a luz, su padre no la reconoce, así que se ocupan de ella sus abuelos maternos, Eliza Sommers y Tao Chi’en, un médico chino.
A la muerte de Tao, la pequeña pasa al cuidado de la abuela paterna, Paulina del Valle, acaudalada, inteligente y enérgica mujer de negocios nacida en Chile pero que tiene su campo de operaciones en San Francisco, ciudad en la que reside junto con su marido e hijos, uno de los cuales, Matías, es el padre de la pequeña Aurora.
Paulina acoge con enorme cariño a su nieta procurando convertirla en una perfecta señorita, tarea difícil por el carácter solitario y rebelde de Aurora, aquejada de frecuentes pesadillas incapaz de explicar.
Al morir su marido, Paulina del Valle se traslada a Chile, cuya sociedad retrógrada y machista es analizada por Isabel Allende de manera muy crítica. Crítica que, a la par que una enorme crudeza, utiliza también cuando habla de las diversas guerras que enfrentan a los chilenos con los países limítrofes.
En Chile, con el paréntesis de algunos viajes a Europa, continúa la vida de Aurora: estudios, muerte de su padre, matrimonio poco afortunado, amor maduro, descubrimiento de la fotografía como profesión y como placer y final de sus pesadillas al conocer por fin, gracias a las confidencias de su abuela Eliza, qué era lo que las provocaba.
En resumen, Retrato en sepia de Isabel Allende es una novela bien escrita y bien documentada en la que apreciamos las inquietudes y características de esta escritora chilena: espíritu crítico, defensa de la mujer, pacifismo y profundidad en el retrato psicológico de los distintos personajes y en la descripción de paisajes y ambientes.
Cuentos del Ártico, conjunto de relatos de Jack London, dan idea también de cuáles eran las inquietudes del autor norteamericano, un aventurero con poco arraigo y multitud de proyectos fallidos, como marino, buscador de oro o granjero.
En los relatos de este libro, nada amables, aparece la lucha despiadada del hombre con la naturaleza, con los animales salvajes o con otros hombres que intentan proteger su hábitat o la supervivencia personal.
Las perfectas e impactantes descripciones de una naturaleza virgen que se resiste a ser hollada por los seres humanos y el esfuerzo de éstos, fallido muchas veces, para intentar dominarla, sobrecoge y angustia, incluso si se trata de un relato que, por lo descabellado, pudiera resultar humorístico, como es el de Las mil docenas.
Después de leer Cuentos del Ártico, se me ocurre que, si volviera a leer Colmillo blanco, desaparecería la impresión que tengo ahora (en la distancia), de que se trataba de un libro apropiado para adolescentes.