De los libros recién llegados a la biblioteca, Isa me ofrece uno publicado en el año 2010 y traducido ahora al castellano. Se trata de La hermana de Freud. Su autor, Goce Smilevski, nació en la actual Macedonia en 1975 y recibió por esta obra en 2010 el Premio de Literatura de la Unión Europea.
El relato, contado en primera persona por Adolphine Freud, una de las cinco hermanas del afamado psicoanalista, se inicia en la ciudad de Viena en 1938. La persecución de los judíos por parte de los nazis es un hecho y Adolphine, sabiendo que su hermano ha conseguido un visado para salir de Austria junto a otros parientes, le pide que se lleve a las cuatro con él (una residía en Estados Unidos). Freud no acepta la petición y quita importancia a lo que está sucediendo. Así que las cuatro hermanas permanecen en Viena, son apresadas por los nazis y mueren en campos de concentración.
Es en el instante anterior a la muerte, cuando Adolphine evoca la historia familiar: el matrimonio de sus padres, la relación de afecto y complicidad que mantuvo con su hermano mayor, el poco apego, por no decir auténtico desprecio con el que la madre de ambos, que idolatraba a Freud, la trataba a ella…
Dice Goce Smilevski en una entrevista que pasó la infancia en el orfanato en el que trabajaba su madre y que ésta, como medida terapéutica, intentaba que los niños que entraban en él hablaran de sus vidas, para lo que les hacía multitud de preguntas.
Quizá el futuro escritor asistiera a algunas de esas charlas o quizá leyera las fichas que su madre iba rellenando. El caso es que en este libro sabe llegar hasta los lugares más recónditos del alma humana y analiza las situaciones familiares y sociales de los principales personajes, intentando encontrar las causas de una determinada forma de ser o de actuar.
Toda esta introspección continuada, en la línea del psicoanálisis freudiano, se acompaña de un trabajo de investigación riguroso sobre el entorno y trayectoria de la familia Freud. Matrimonios, amigos, enfermedades, aficiones, estudios… nada escapa a la profunda mirada del autor, que nos impulsa a intentar descubrir en lo que expone el origen de los postulados que Freud defendió en sus variadas obras.
De igual modo, nos hace comparar las técnicas aplicadas por los psicoanalistas para intentar curar enfermedades mentales con otras que se utilizaban en la Viena de entonces, en concreto en El Nido, hospital psiquiátrico en el que estivo internada Adolphine junto a la hermana del pintor Gustav Klim, su amiga Klara, extraordinario personaje que reivindicaba el papel de la mujer en una sociedad dominada por hombres.
Afirma Goce Smilivski que La hermana de Freud pretende ser una metáfora de la gente olvidada, ya que de los poderosos conocemos hasta los datos más triviales. Esta obra consigue que esa gente olvidada nos conmueva en su desamparo e integridad absoluta y que sus voces sean como un aldabonazo que nos despierte, nos haga pensar y comprender e, incluso, valorar en su justa medida la personalidad de aquellos que solemos llamar “locos”.