Estos días en los que la prensa viene cargada de noticias relacionadas con la corrupción política y económica, una y otra son inseparables, se nos habla de sobres cerrados, de mensajes y de mensajeros.
A propósito de todo ello, hoy voy a hablar de un libro, The Go-Between, del escritor británico L.P.Hartley que fue llevado al cine con el título de El mensajero en una película dirigida por Joseph Losey, cuyo guión se debió nada menos que a Harold Pinter.
“El pasado es un país extranjero, allí hacen las cosas de manera diferente”, es la frase que introduce el relato de L. P. Hartley, narrado en primera persona por un hombre, Leo, que en su madurez encuentra el diario que escribió en 1900 al cumplir doce años. El diario, regalo de su madre, estaba adornado con los signos del zodiaco y recogía las confidencias y situaciones vividas por el chico mientras estuvo interno en un colegio y cuando uno de sus compañeros le invitó a pasar con él las vacaciones.
Leo, de madre viuda y clase media, quedó deslumbrado por el ambiente que encontró en casa de su amigo, de elevado rango social, así como ante la belleza de la hermana de éste. La joven, consciente de la admiración que despierta en el muchacho, le utiliza para llevar mensajes a su amante, un campesino que vive cerca. La relación amorosa se mantiene en secreto, porque la familia pretende casarla con un noble, dueño de casi todas las tierras de la zona, pero con el rostro deformado por una antigua herida de guerra.
El desenlace de la historia dejo que lo descubran los lectores, seguro que encuentran en ella muchas cuestiones interesantes, como las reflexiones de tipo psicológico que se hace el adulto, mientras revive la situación vivida al abrir el diario y se pregunta el porqué y el cómo de lo que sucedió. La influencia del calor, el choque con un ambiente tan distinto del suyo, el deseo de agradar y ser tenido en cuenta…
El lenguaje, claro y muy cuidado, demuestra que el autor conoce muy bien la psicología de un púber y es un maestro en técnicas narrativas, algo que demostró en este libro por el que se le encuadra en la pléyade de escritores contemporáneos excelsos.