Desde hace algún tiempo sólo compro los libros que me han gustado lo suficiente para desear conservarlos. El último en engrosar mi colección de favoritos ha sido Tierra desacostumbrada de la escritora de ascendencia india Jhumpa Lahiri y que fue designado Mejor libro del año 2008 por el periódico The New York Times.
Jhumpa Lahiri estructura su obra en dos partes: la primera, que recoge cinco historias sin relación entre sí y la segunda con una sola historia desarrollada en tres relatos. En todas ellas los protagonistas son hombres y mujeres que, aunque han nacido o tienen ascendientes en la India, viven y trabajan en Estados Unidos; algunos, incluso, se han casado con norteamericanos. Además, comparten la pertenencia a una cierta élite cultural: profesores, ingenieros, periodistas…
Pero no han sido los aspectos relacionados con el mestizaje, la inmigración o las dificultades de estas personas para adaptarse a un nuevo país lo que más me interesó del libro; quizá porque tampoco yo nací en el lugar en el que vivo y las raíces nunca mediatizaron mis acciones. Lo que en el libro me atrapó desde el principio fue el modo de mirar de la autora y la elegante sencillez con la que nos transmite lo captado a través de esa profunda e inteligente mirada.
Es la vida tal cual, la vida de hombre y mujeres actuales con sus penurias y sus grandezas, sus derroches y sus renuncias, sus fracasos y sus aspiraciones. El amor, el dolor, la decepción, la rutina, el fracaso, la incertidumbre, la enfermedad, la muerte… Todas las emociones y los sentimientos que compartimos los seres humanos del siglo XXI representados en las vivencias de distintas familias: padres e hijos, yernos y nueras, amigos, novios, amantes… Son historias abiertas en las que el final sólo es un paso más en el camino y te quedas pensando en cómo habrías reaccionado tú porque, mientras leías, te has sentido también protagonista.
En resumen, considero que Tierra desacostumbrada es uno de esos libros que suelen agradar a muchos lectores, ya que nos habla de lo cotidiano; pero no a la manera cruda, cruel y hasta cínica de otro escritor nacido en Norteamérica y grande entre los grandes, Raymond Carver , cuya lectura te deja siempre un regusto amargo.
Y es que, aun teniendo la vida sus momentos feroces, Jhumpa Lahiri logra suavizarlos y convertirlos en universales. Así que, cuando cierras el libro y reflexionas, te sientes menos solo y un poco más dispuesto a relativizar lo que sucede.
esto es
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