A las personas que nos tomamos la vida demasiado en serio, nos conviene de vez en cuando leer libros como el que voy a recomendar hoy. Se trata de El abuelo que saltó por la ventana y se largo; su autor, Jonas Jonasson, un periodista sueco que ya ha recibido por esta novela, la primera que escribe, diversos y variados galardones.
El argumento de la obra, sencillo en apariencia, tiene como protagonista principal a un hombre internado en una residencia de ancianos y que está a punto de cumplir cien años. Este hombre, Allan Karlsson, decide no asistir a los festejos preparados por ese motivo, a los que acudirán el alcalde y otras autoridades locales, además de periodistas que inmortalizarán el momento. Así que Allan Karlsson, la mañana en la que ha de realizarse la fiesta, Salta por la ventana y… se escapa.
Desde esos instantes hasta el final del libro, las aventuras del vitalista abuelo y el resto de personas que va encontrando durante su huída, completarán un primer relato repleto de tipos estrafalarios, escenas hilarantes y sagaces observaciones que, al desarrollarse la historia, en la fría, contenida y “cuadriculada” Suecia, todavía te sorprenden más, llevándote a pensar aquello de que “en todas partes cuecen habas”, que también los suecos tienen sus chanchullos, sus corruptelas y su justicia no demasiado justa.
Pero con ser el relato citado original y estar muy bien escrito, aún me ha gustado más la biografía del abuelo que, desde el instante de su nacimiento, 2 de mayo de 1905, sirve de alternancia a los hechos en curso.
Biografía que Jonas Jonasson va relacionando con los acontecimientos más sobresalientes que tienen lugar en el siglo XX, al igual que con los personajes que los protagonizan: 1ª Guerra Mundial, Revolución Rusa, Stalin, Guerra Civil Española, Franco, 2ª Guerra Mundial, Truman, Churchill, Mao…
En dichos acontecimientos, desempeña un papel importante el abuelo; y con todos los personajes, mantiene relaciones de lo más variopinto. Un ejemplo es que ayuda a construir la bomba atómica a los americanos y a los rusos, es deportado a Siberia junto con el hermano de Einstein, cruza la península de Corea en plena guerra, atraviesa la cordillera del Himalaya y se convierte en agente de la CIA, por citar situaciones y aconteceres que el autor presenta con una mirada crítica, mucho más inteligente y profunda de lo que puede dar a entender la lectura del libro, si nos fijamos sólo en el humor que aparece en la mayor parte de sus páginas.
No añado más, aunque podría hacerlo, dado lo mucho que me agrada el libro. Pero creo que es mejor que los lectores descubran por sí mismos la riqueza de su contenido y disfruten con todo lo que la obra puede aportarles.
Pese a ello, no quiero terminar el comentario sin decir que a mí me ha servido esta lectura para afianzar algunas certezas, desterrar ciertos estereotipos y, aunque sea momentáneamente, dada mi forma de mirar la vida, divertirme y relativizar lo que sucede, ya que, siguiendo la reflexión del abuelo: “Todo será como tenga que ser, porque es como suele ser. De hecho, casi siempre es así”.
TEngo ganas de leer esta novela. Te invito a que pases por mi blog y si te gusta te quedes. Es http://adivinaquienlee.blogspot.com.es
Un saludo
Me he pasado por tu blog y me gusta. Lo tendré en cuenta de ahora en adelante para aprender.
En estas cuestiones (y en muchas otras, soy bastante párvula).
Abrazos
Buenas noches,
Acabo de comenzar a leer este libro, me han hablado muy bien de él, además trabajo en una residencia de personas mayores y me ha motivado mucho su título.Volveré al blog a medida que vaya entrando en materia.
Un abrazo.