Torsten Pettersson es un escritor y profesor universitario nacido en la comunidad sueco-finlandesa de Turku (Finlandia). Ha publicado ensayos, un libro de relatos y multitud de libros de poesía.
Dame tus ojos es su primera novela policiaca, escrita, creo yo, con la intención de, apuntándose al género de moda últimamente, obtener el dinero que la poesía no acostumbra a proporcionar a sus autores. Recordemos aquello de: “Aquí enterraron de balde, por no hallarle una peseta…”
Adentrarse en un género tan cultivado en la actualidad, presenta el inconveniente de que el autor se siente obligado a ser original, a diferenciarse del resto.
En el caso de Torsten Pettersson, lo ha intentado incorporando a la narración diálogos propios de una teatral, embrollando el argumento con detalles que no aportan nada a la investigación y, por tanto, carecen de sentido, y añadiendo a la historia central otras historias relacionadas con la guerra de Bosnia, la trata de blancas y la seguridad en las centrales nucleares. Aunque las dos últimas en especial tengan poco que ver con la trama central del libro.
Dicha trama está protagonizada por el comisario criminalista Harald Lindmark, encargado de investigar el asesinato de una joven que ha aparecido en un parque desnuda, sin ojos y con unos cortes en forma de “A” sobre el estómago. Todo parece apuntar a que el asesino es el novio de la joven, militar que estuvo destinado en Bosnia y vivió allí una experiencia traumática.
La aparición de un segundo muerto y después de un tercero, sin relación aparente entre ellos, complica la investigación y hace que el comisario y sus ayudantes se sientan incapaces de resolver el caso.
Esa misma incapacidad de comprensión termina afectando al lector, con la alternancia de historias en los distintos capítulos: La historia de Nadja, la de Gabriella o la de Erik, por citar algunas y la abundancia de “cabos sueltos” que oscurecen el relato.
Incapacidad de comprensión que aumenta cuando llega el final de la obra, tan artificial y extraño como toda ella.
En resumen, novela prescindible, aunque puede servirnos, si el autor insiste en cultivar el género, para conocer su evolución literaria dentro del mismo. No debemos olvidar, lo he señalado al comienzo del artículo, que ésta es su primera novela.
Dame tus ojos es su primera novela policiaca, escrita, creo yo, con la intención de, apuntándose al género de moda últimamente, obtener el dinero que la poesía no acostumbra a proporcionar a sus autores. Recordemos aquello de: “Aquí enterraron de balde, por no hallarle una peseta…”
Adentrarse en un género tan cultivado en la actualidad, presenta el inconveniente de que el autor se siente obligado a ser original, a diferenciarse del resto.
En el caso de Torsten Pettersson, lo ha intentado incorporando a la narración diálogos propios de una teatral, embrollando el argumento con detalles que no aportan nada a la investigación y, por tanto, carecen de sentido, y añadiendo a la historia central otras historias relacionadas con la guerra de Bosnia, la trata de blancas y la seguridad en las centrales nucleares. Aunque las dos últimas en especial tengan poco que ver con la trama central del libro.
Dicha trama está protagonizada por el comisario criminalista Harald Lindmark, encargado de investigar el asesinato de una joven que ha aparecido en un parque desnuda, sin ojos y con unos cortes en forma de “A” sobre el estómago. Todo parece apuntar a que el asesino es el novio de la joven, militar que estuvo destinado en Bosnia y vivió allí una experiencia traumática.
La aparición de un segundo muerto y después de un tercero, sin relación aparente entre ellos, complica la investigación y hace que el comisario y sus ayudantes se sientan incapaces de resolver el caso.
Esa misma incapacidad de comprensión termina afectando al lector, con la alternancia de historias en los distintos capítulos: La historia de Nadja, la de Gabriella o la de Erik, por citar algunas y la abundancia de “cabos sueltos” que oscurecen el relato.
Incapacidad de comprensión que aumenta cuando llega el final de la obra, tan artificial y extraño como toda ella.
En resumen, novela prescindible, aunque puede servirnos, si el autor insiste en cultivar el género, para conocer su evolución literaria dentro del mismo. No debemos olvidar, lo he señalado al comienzo del artículo, que ésta es su primera novela.