Creo que el género humano va experimentando, con el paso del tiempo, un proceso colectivo de regeneración. Lo he pensado, mientras leía O César o nada, novela escrita por Manuel Vázquez Montalbán, que tiene como núcleo central a desarrollar la historia de la familia Borja.
Parece ser que Vázquez Montalbán recibió el encargo de realizar para la televisión una serie de guiones sobre las hazañas de dicha familia. Estos guiones nunca fueron representados y el escritor confeccionó con ellos la novela. Ésa es la razón por la que en el libro abundan los diálogos y la acción, y no las descripciones de paisajes y ambientes.
El autor presenta ante el lector, como en un escenario, escena tras escena; pero, de modo tan intenso y gráfico, que no precisamos de decorado alguno que nos ayude a entrar en la trama y desplazarnos con la imaginación a los lugares por los que transita la famosa familia de origen levantino, denostada por muchos y admirada también por bastantes.
La obra supone una reflexión seria, crítica y razonada sobre el ejercicio del poder, en este caso espiritual y político, ya que se trata, en principio, de altos mandatarios de la Iglesia católica: el papa Alejandro VI o su hijo César (protagonista principal), Ignacio de Loyola o Francisco de Borja, entre otros.
Estas personas viven en una época convulsa de Europa: el paso del feudalismo a las monarquías modernas y absolutas que representan, por ejemplo, los Reyes Católicos en España. Tanto Alejandro VI como su hijo César, pretenden acelerar y protagonizar ese paso. Así que se generalizan los enfrentamientos entre aquellos que desean el cambio y los que se resisten a él, sobre todo, la nobleza feudal y las antiguas familias italianas, que residían en ciudades fortificadas y poseían grandes haciendas.
Para lograr sus propósitos y dominar a los que se les oponen, los Borja se valen de todos los medios: sobornos, asesinatos y alianzas matrimoniales, en las que Lucrecia Borja es la principal víctima.
Al coincidir el desarrollo de la novela con el Renacimiento, la aparición del humanismo renacentista da lugar a interesantes reflexiones de Maquiavelo, Alejandro VI, César Borja o Leonardo da Vinci, por citar sólo algunas de las muchas personalidades que aparecen en el relato.
En resumen, un libro muy interesante que profundiza sobre el poder y las reacciones de los seres humanos ante la vida y en casos extremos, nos ayuda a conocer un poco más la historia europea y nos permite afirmar, sin duda ninguna, que el tiempo pasado no fue precisamente mejor.
Parece ser que Vázquez Montalbán recibió el encargo de realizar para la televisión una serie de guiones sobre las hazañas de dicha familia. Estos guiones nunca fueron representados y el escritor confeccionó con ellos la novela. Ésa es la razón por la que en el libro abundan los diálogos y la acción, y no las descripciones de paisajes y ambientes.
El autor presenta ante el lector, como en un escenario, escena tras escena; pero, de modo tan intenso y gráfico, que no precisamos de decorado alguno que nos ayude a entrar en la trama y desplazarnos con la imaginación a los lugares por los que transita la famosa familia de origen levantino, denostada por muchos y admirada también por bastantes.
La obra supone una reflexión seria, crítica y razonada sobre el ejercicio del poder, en este caso espiritual y político, ya que se trata, en principio, de altos mandatarios de la Iglesia católica: el papa Alejandro VI o su hijo César (protagonista principal), Ignacio de Loyola o Francisco de Borja, entre otros.
Estas personas viven en una época convulsa de Europa: el paso del feudalismo a las monarquías modernas y absolutas que representan, por ejemplo, los Reyes Católicos en España. Tanto Alejandro VI como su hijo César, pretenden acelerar y protagonizar ese paso. Así que se generalizan los enfrentamientos entre aquellos que desean el cambio y los que se resisten a él, sobre todo, la nobleza feudal y las antiguas familias italianas, que residían en ciudades fortificadas y poseían grandes haciendas.
Para lograr sus propósitos y dominar a los que se les oponen, los Borja se valen de todos los medios: sobornos, asesinatos y alianzas matrimoniales, en las que Lucrecia Borja es la principal víctima.
Al coincidir el desarrollo de la novela con el Renacimiento, la aparición del humanismo renacentista da lugar a interesantes reflexiones de Maquiavelo, Alejandro VI, César Borja o Leonardo da Vinci, por citar sólo algunas de las muchas personalidades que aparecen en el relato.
En resumen, un libro muy interesante que profundiza sobre el poder y las reacciones de los seres humanos ante la vida y en casos extremos, nos ayuda a conocer un poco más la historia europea y nos permite afirmar, sin duda ninguna, que el tiempo pasado no fue precisamente mejor.