Ana Mª Matute, en una de las últimas entrevistas que le han realizado con motivo de la entrega del Premio Cervantes, se confiesa aficionada a la novela negra.
Me complace que una autora de su nivel haga esa confesión, ya que hay personas que consideran que se trata de un género menor dentro de la Literatura.
Como en alguna otra ocasión ya me he referido a la novela negra, hoy no me extenderé en disquisiciones sobre el citado género, sólo hablaré en concreto de las dos obras que acabo de leer y que pueden calificarse así: Deuda de sangre de la escritora argentina Mercedes Giuffré y Causa de muerte de la norteamericana Patricia Cornwell.
Deuda de sangre es la primera novela “negra” escrita por su autora. Con ella inicia una serie que sitúa en la Argentina del Virreinato a comienzos del siglo XIX. La serie tiene como protagonista al doctor Samuel Redhead, el médico más famoso de la época colonial. El argumento resulta interesante y el desarrollo de la historia podría ser un excelente elemento didáctico para mostrarnos las características de la sociedad de aquel tiempo; pero, quizás por tratarse de la primera novela de la serie, los defectos en el fondo y en la forma superan con mucho a las virtudes.
Causa de muerte está en la línea del resto de las obras de la famosa autora norteamericana, que protagoniza la médico forense Kay Scarpetta. Un detalle que proporciona una cierta actualidad a este libro es que los asesinatos son realizados por miembros de una secta, cuyo fin último consiste en vender material radiactivo a Gadafi para la fabricación de armas atómicas. La eficaz intervención de la doctora provoca, como siempre, un final feliz.
Lo admirable en Patricia Cornwell es el rigor y la exactitud que caracterizan a todos sus relatos. El hecho de haber trabajado junto a un médico forense y en un departamento de policía, hace que lo que cuenta, además de que está bien contado, resulte creíble. El lenguaje va siempre al servicio de la acción; incluso, cuando describe paisajes o sentimientos amorosos. Al igual que sucede con los protagonistas de otras novelas “negras”, por ejemplo, Pepe Carvalho, creado por Vázquez Montalbán, también Kay Scarpetta es una gran aficionada a la cocina.
Como en alguna otra ocasión ya me he referido a la novela negra, hoy no me extenderé en disquisiciones sobre el citado género, sólo hablaré en concreto de las dos obras que acabo de leer y que pueden calificarse así: Deuda de sangre de la escritora argentina Mercedes Giuffré y Causa de muerte de la norteamericana Patricia Cornwell.
Deuda de sangre es la primera novela “negra” escrita por su autora. Con ella inicia una serie que sitúa en la Argentina del Virreinato a comienzos del siglo XIX. La serie tiene como protagonista al doctor Samuel Redhead, el médico más famoso de la época colonial. El argumento resulta interesante y el desarrollo de la historia podría ser un excelente elemento didáctico para mostrarnos las características de la sociedad de aquel tiempo; pero, quizás por tratarse de la primera novela de la serie, los defectos en el fondo y en la forma superan con mucho a las virtudes.
Causa de muerte está en la línea del resto de las obras de la famosa autora norteamericana, que protagoniza la médico forense Kay Scarpetta. Un detalle que proporciona una cierta actualidad a este libro es que los asesinatos son realizados por miembros de una secta, cuyo fin último consiste en vender material radiactivo a Gadafi para la fabricación de armas atómicas. La eficaz intervención de la doctora provoca, como siempre, un final feliz.
Lo admirable en Patricia Cornwell es el rigor y la exactitud que caracterizan a todos sus relatos. El hecho de haber trabajado junto a un médico forense y en un departamento de policía, hace que lo que cuenta, además de que está bien contado, resulte creíble. El lenguaje va siempre al servicio de la acción; incluso, cuando describe paisajes o sentimientos amorosos. Al igual que sucede con los protagonistas de otras novelas “negras”, por ejemplo, Pepe Carvalho, creado por Vázquez Montalbán, también Kay Scarpetta es una gran aficionada a la cocina.