Se nos ha muerto Manuel Montejano Jóver, un gran lector, un poeta, un maestro y, sobre todo, un amigo.
No digas que te vas,
nunca lo digas.
Pleno de amor, completo, realizado,
una vez que cruzaste nuestra esquina,
te quedarás, amigo, en este lado.
No digas que te vas,
serás más nuestro,
porque conoces más de esa vivencia
que es comunión de cuerpos y experiencias,
de cosas por venir y que han pasado.
No digas que te vas,
amigo, hermano, compañero de gestos y de risas,
de búsquedas de luz, de cortapisas,
de lecturas, de sueños de verano.
No digas que te vas,
y aunque te vayas,
estás aquí,
presente en mil vivencias,
no se apaga la luz de una presencia,
mientras el corazón late en la mano.
No digas que te vas,
en este huerto,
donde crecen hermosos desatinos,
ya tiene una parcela tu destino
que cultivaste, amigo, con acierto.
No digas que te vas,
y de tu mano
seguiremos en pos de la alegría.
Fue muy bello buscar en compañía,
teniendo ya un amigo, ya un hermano.
y no se ha ido, porque en todos nosotros queda una parte de él, lo que nos ha enseñado, un ejemplo en cantidad de cosas, lo que nos ha dado. Alguien que ha estado presente en mi vida desde que nací no desaparecerá nunca de ella
Manolo vive en todos los que hemos tenido la inmensa suerte de conocerle. Él siempre me decía que las personas solamente mueren de verdad, cuando ya nadie las recuerda… y, en ese caso, Manolo no morirá mientras yo viva.
Me siento una auténtica privilegiada por lo mucho que me ha enseñado (aunque él decía que era yo la que le enseñaba), y por los momentos absolutamente maravillosos e inolvidables que he disfrutado junto a él, con nuestras conversaciones.
Continuamente le daba las gracias por haberme echo amar tanto la literatura, que yo he amado siempre, pero con él descubrí autores y obras geniales. En especial (y sin desmerecer a nadie) "En busca del tiempo perdido" de Proust.Aparte de la genialidad de la obra, gracias a sus subrayados, conocí mejor todavía la extrema sensibilidad de Manolo.
YO NO LE DIGO ADIOS, CONTINUAMENTE LE DIGO HOLA MANOLO.Cada vez que leo algo intersante, cada vez que reflexiono sobre la vida, cada vez que veo un escaparate con libros, está conmigo…
Siempre que pienso en Manolo, recuerdo a Fernando Pessoa. Hoy, releyendo las páginas del Libro del desasosiego, he encontrado este maravilloso regalo que me dio:
UN HOMENAJE ACRÓSTICO A PESSOA
Fundamentar la vida en la inconsciencia,
Evidenciar lo inútil de la espera,
Reconocer que, para ser sincera,
No ha de ser colectiva la vivencia.
Aceptar como vacua la existencia;
No analizar, a menos que se quiera
Destrozar de ese modo la quimera
Osada de vivir con inocencia.
Por ser tierno lo nunca sucedido
Es verdadera la literatura.
Siempre matamos al hacer, y luego
Siempre es irreparable lo vivido.
Oh, Pessoa, qué lúcida amargura
Arde en tu Libro del desasosiego.
M.
Ibi, 23/I/93
Hasta siempre.
He recibido con pesar la noticia de la muerte de Manolo. Empezamos a leer juntos muy jóvenes (a los 6 o 7 años). Compartimos muchas lecturas (intercambiábamos a menudo aquellos, nuestros primeros libros). Fuimos compañeros de aula los 6 años de estudio en los Salesianos. Él casi siempre era el 1º de la clase. Luego fuimos juntos al Instituto de Alcoy. Todos esos años seguimos compartiendo y comentando lecturas…y sueños. Luego le perdí la pista. Me fui de Ibi a la universidad de Sevilla y ya nunca volví. Bueno, excepto una vez en que asistí a la boda de mi primo Paco. El se enteró de que estaba en Ibi y me llamó para quedar. Habían pasado 10 años desde la última vez que nos habíamos visto, pero manteníamos el afecto intacto. Me presentó a su mujer y yo a él la mía. Recordamos nuestros libros y algunas aventuras que vivimos juntos. Llevaba años pensando en volver a quedar con él para recordar aquellos años y compartir algunos días…pero he vivido los últimos años en distintos países y el momento se iba demorando…desgraciadamente ya no podrá ser. Manolo se ha ido demasiado pronto. Le recordaré siempre.
Cuando me llegó la noticia de su fallecimiento me vino inmediatamente a la mente la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández. Creo que le gustaría, y refleja bien lo que siento y seguro compartís much@s.
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas…
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Desde Luxemburgo me uno así al dolor de los que le queríais.
Hasta siempre "Monte".
Daniel Montilla Castillo
Fue una gran persona. Su humildad era su grandeza, su silencio su voz. Sin hacer ruido, dejaba huella. Fácil de comunicar con él. Persona con las ideas claras. De risa fácil pero contagiosa. Se fue en eterno viaje pero permanece entre nosotros.
Aquí, ahora nos encontramos tres pero contamos cuatro. Recordamos y compartimos pese a no verte…