En el caso de un cuento o una novela, desde la descripción de los personajes, hasta los detalles más significativos del argumento.
Léase, por ejemplo, la novela El corazón helado de Almudena Grandes. En el caso de un libro de poemas, Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena de Pablo Neruda, podría servirnos como ejemplo. El título ya resume la forma de pensar y sentir del autor.
Centrándonos en la novela, vuelvo a Rafael Chirbes. En su ensayo El novelista perplejo afirma lo siguiente: «Un novelista nos entrega con su obra su propia radiografía».
Sin embargo, la experiencia como lectores nos dice que, en dicha radiografía, las ideas políticas o religiosas, unas veces se advierten y otras no. Veamos algunas de las primeras.
Además de El corazón helado, escrita desde planteamientos de izquierda, se me ocurren dos novelas que he leído hace poco, en las que los personajes principales no son sino la representación idealizada de una ideología. Se trata de Howard Roark, protagonista de El manantial, y de Kira, que protagoniza Los que vivimos. Ambas novelas pertenecen a Ayn Rand, escritora que nació en Rusia en 1905 y murió en EEUU en 1982.
Tanto Los que vivimos como El manantial, suponen un canto a la libertad humana. Los personajes principales, modelos perfectos de la vivencia de esa libertad, no resultan creíbles. La autora los utiliza para hacernos llegar, de manera impactante, su concepción del mundo: liberalismo, individualismo, fidelidad total a las propias ideas, afirmación del yo y rechazo a la religión que implica sometimiento.
Por el contrario, los personajes restantes, perfectamente dibujados, los encontramos en cualquier vecindad; más aún, con sus defectos y sus virtudes, podemos reconocernos en ellos.
Leo en Internet, en una de las varias reseñas sobre Ayn Rand, que esta autora defiende el capitalismo. no lo entiendo yo así. En El manantial, libro de gran actualidad por los temas que toca: sistema educativo alienante, prensa basura, organizaciones caritativas perversas, construcciones chapuceras, influencia nociva de la publicidad sobre las masas, importancia del éxito social, de «hacerse un nombre» para ser aceptado, ausencia de principios morales, etc., la crítica del sistema capitalista me parece feroz.
Los libros de Ayn Rand no se han reeditado en España. Será porque la libertad no vende en nuestro país demasiado.